Las autoridades italianas le impusieron la máxima sanción, dos años de suspensión, porque le encontraron culpable de consumir productos dopantes (18 meses de sanción) y de visitas no autorizadas con personas sancionadas por las autoridades deportivas (6 meses). Durante su apelación al TAS, Ricco había solicitado que la suspensión fuera exclusivamente de un año. En un comunicado, el Tribunal de Arbitraje Deportivo dice admitir el recurso parcialmente porque Ricco había ayudado con sus informaciones a las autoridades francesas en casos similares de dopaje.
De este modo, el TAS le impone una sanción de 20 meses, que comienza a contar desde el pasado 18 de julio, y rechaza los argumentos de Ricco que solicitaban una disminución complementaria de la condena a un año.