El ciclista belga Tom Boonen (Quick Step) se alzó con el triunfo en la tercera etapa de la Vuelta Ciclista a España, con salida en Jaén y llegada en Córdoba sobre 168,6 kilómetros de recorrido, después de imponerse en el sprint final en una jornada en la que Daniele Bennati (Liquigas), segundo, arrebató el maillot de líder al español Alejandro Valverde (Caisse d''Epargne) y en la que el alto de San Jerónimo, de tercera categoría, propició ataques de figuras importantes en la carrera.

Sin embargo, ninguna de ellas cuajó y finalmente fue Boonen el que levantó los brazos al rebasar la pancarta de meta en tierras cordobesas. El flamenco se adelantó a Bennati, que logró un segundo puesto que, merced a las bonificaciones, le otorga el ''maillot'' oro de líder de la Vuelta a España.

El velocista belga quiere resarcirse en la ronda española de su ausencia del Tour de Francia por su positivo por cocaína de finales del pasado mes de mayo y con el Mundial de Varese muy cerca, quiere afinar su puesta a punto para esta cita.

En las calles de Córdoba, logró un triunfo holgado, el primero de renombre en su vuelta, por delante de Bennati y del veterano Erik Zabel (Milram), mientras que, sin Óscar Freire (Rabobank), el mejor español fue Koldo Fernández (Euskaltel Euskadi), cuarto.

El pelotón vivió una jornada tranquila en la que Manuel Ortega (Andalucía Cajasur) aprovechó el paso por las calles de su Jaén natal de la ''serpiente multicolor'' para ya en la misma salida formar la escapada del día, que se consolidó en las primeras pedaladas de la jornada.

Y es que el jienense, de 27 años, convirtió un demarraje sin apenas alcanzar el primer kilómetro de etapa en una fuga que al paso por el kilómetro 40 ya contaba con 13.46 minutos de colchón, gracias al beneplácito de un pelotón que veía con buenos ojos una escapada en solitario mucho más fácil de recortar en el momento de la verdad.

No en vano, la llegada a Córdoba guardaba oculta la subida a falta de 26 kilómetros para la meta al alto de San Jerónimo, por lo que los intereses del Caisse d''Epargne de mantener el liderato de Alejandro Valverde encontraron rápida simbiosis en otros equipos, empeñados en que Manuel Ortega no sumara su primera victoria tras tres temporadas en el campo profesional.

El andaluz logró a contar con más de quince minutos de ventaja, que se quedaron en nada cuando sus perseguidores empezaron a trabajar. De este modo, Ortega alcanzó San Jerónimo con poco más de cinco minutos y las hostilidades por detrás fueron fatales para su destino. El primero en moverse fue precisamente Paolo Bettini, en busca de rememorar la victoria de hace dos años, y al que no pudieron seguir Ezequiel Mosquera (Xacobeo Galicia), el portugués Sergio Paulinho (Astaná) o el ruso Alexandr Kolobnev (CSC Saxo Bank).

Escaramuzas de renombre en el pelotón

Pese a los esfuerzos de Ortega y su valentía en el descenso, el ''Grillo'' le dio caza y por detrás nombres como los franceses David Moncoutie y Sylvain Chavanel (Cofidis), el español Juan Antonio Flecha (Rabobank), Iñigo Landaluze (Euskaltel), el italiano Davide Rebellin (Gerolsteiner), o el propio líder de la carrera, Alejandro Valverde.

Por su parte, el actual campeón del mundo no tuvo piernas para asumir la cabeza de carrera en solitario y el ritmo de caza de los Liquigas, trabajando para Daniele Bennati dio resultado y la total normalidad se reestableció a falta de 16 kilómetros.

Desde entonces, el ''tren'' impuesto por el equipo vencedor de la primera etapa acabó con las opciones del cántabro Óscar Freire (Rabobank) que, a las primeras de cambio, se vio demasiado descolgado como para pelear por el triunfo y tuvo que ver la inapelable victoria de Boonen desde lejos.