LeBron James y la increíble capacidad para vacilar al mundo entero

Nadie sabe si será por egolatría y narcisismo o porque él mismo se divierte mogollón haciendo estas cosas, pero la realidad es que LeBron James siempre ha tenido una gestión de comunicación bastante cuestionable. Si la primera The Decision le hizo blanco de todas las críticas por cambiar los Cavaliers por los Heat en 2010 para ir en busca de su ansiado anillo, la segunda ha dado la vuelta al mundo y ha acabado siendo el anuncio de una marca de coñac. Y así poner en relieve una capacidad inherente a su personalidad, la de poner un simple anuncio en redes sociales para vacilar a todo el mundo con el convencimiento de que todo el mundo va a caer en su trampa. Es parte, y no la mejor, del que para muchos es el mejor jugador de la historia del baloncesto. Una figura muchas veces ambivalente, llena de claroscuros y con muchos grises que le hacen exponerse a una cantidad ingente de críticas.

Que si me voy, que si me quedo, que si me retiro o que si sigo jugando para siempre... No es la primera vez que LeBron hace algo así, aunque en esta ocasión muchos asumían (o asumíamos) que se trataba de otra cosa. Quizá el hecho de que estemos hablando de un jugador que va camino de los 41 años y que se encuentra a punto de comenzar su 23ª temporada como profesional. También que por primera vez en su carrera tuviera por delante un solo año de contrato (de más de 50 millones de dólares) y que nadie supiera nada de lo que va a pasar después. O el hecho de que la mayoría a su edad estén criando malvas en la clandestinidad y no jugando a su nivel baloncestístico. Pues al final, nada de nada. LeBron sigue en activo y esta no será, o no es su intención, la última temporada. Porque si lo fuera, no cabría en su inabarcable ego la posibilidad de hacerlo sin una gira de despedida en la que recibiera aplausos por doquier. Unos gritos de júbilo que hoy precisamente no se está llevando.

También podía haber señales de que LeBron no se iba a retirar, pero por lo que sea la gente no se ha centrado mucho en ellas. Su nivel es extraordinario para su edad: promedió 24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias en su 22ª temporada en activo, la pasada, llegando incluso al Segundo Mejor Quinteto de la NBA y disputando otro All Star. Y siendo además el mejor de su equipo en la serie frente a los Timberwolves por encima de un Luka Doncic que llegó pasado de forma a esa parte de la temporada. Pero claro, los Lakers se han centrado absolutamente en el esloveno y apuestan por él en el largo plazo. Y algunos rumores han indicado que el propio jugador intentó renovar por más tiempo en verano y que los angelinos no se mostraron interesados. Pero, ¿por qué demonios eso iba a significar que este iba a ser su último año? Es, efectivamente, una total y absoluta racionalización a posteriori. Al fin y al cabo, lo lógico y normal era pensar que lo que iba a anunciar era otra cosa. Pero al final, nada.

Lo que nadie puede negar es que LeBron tiene una capacidad para crear hype y hacerse dueño del marketing pocas veces vista. Y que, siendo una persona increíblemente inteligente (que lo es), era perfectamente consciente de lo que hacía y lo que iba a provocar cuando puso ese mensaje en redes sociales. Ahora, lo que hará será aguantar las críticas, algo a lo que está más que acostumbrado. Pero, tras meses de un inabarcable protagonismo de Doncic, está claro que ahora todo el mundo vuelve a hablar de él. De su forma de hacer las cosas, del silencio de los periodistas ante el anuncio de lo que al final ha sido nada (lo que ha provocado todavía más especulación sobre el tema) y de un modus operandi particular, eminentemente cuestionable y que deja a la leyenda en activo (porque sigue en activo indefinidamente) como un generador de opiniones sin igual como figura pública. ¿Cuándo se retirará? De momento, nadie lo sabe. Asique nada. A beber coñac.

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