Críticas tras el All-Star: “Fue el peor partido jamás jugado”
Tanto jugadores como entrenadores no están conformes con el tipo de baloncesto que se juega en el partido de las estrellas y arremeten contra el formato del encuentro.
Concluye el All-Star, y con ello, las miradas están puestas en el final de la temporada. Como es costumbre, el domingo se celebra el partido de las estrellas, donde los mejores jugadores de la liga son elegidos por votación de aficionados, entrenadores y jugadores para participar y dar espectáculo. Este show se puede dar las jugadas imposibles y las acciones destacadas, además de la competitividad, aunque, en las últimas ediciones, la tónica es la contraria.
Sin apenas defensas, como si fuera un entrenamiento, todo acto sirve como escaparate individual para que el mundo vea lo que es capaz de hacer cada jugador. Año a año crecen las críticas al formato y a lo que se intenta en este duelo. Estas reprimendas ya no solo vienen de aficionados, sino que son los propios participantes, aquellos que están en pista y en los banquillos, los que dejan claro que la NBA tiene que dar un giro a esta idea.
Jaylen Brown, protagonista del choque con 35 puntos y 14 rebotes, no tuvo pudor en decir lo que piensa. “Lo de hoy no fue baloncesto. El baloncesto es otra cosa, espero que el partido sea más competitivo en el futuro”, comentó el escolta de los Celtics tras el encuentro. Su compañero en Boston Jayson Tatum fue coronado como MVP del duelo dejando una noche para la historia.
Mike Malone, entrenador del equipo de LeBron, fue incluso más duro. El técnico de los Denver Nuggets, en su segunda participación en el All-Star tras hacerlo en 2019, quiso ser sincero. “Es un honor estar aquí y formar parte de este gran fin de semana, con grandes jugadores, pero ha sido el peor partido de baloncesto jamás jugado. No sé si se puede arreglar esto”, exclamó tras el choque.
La defensa, el elemento que define la competitividad, brilla por su ausencia en cada una de las pasadas ediciones. Malone quiso señalar a aquellos que se lo tomaron un poco más en serio. “Quiero darles el mérito a Embiid e Irving, porque ellos sí han competido. Han intentado poner algo de defensa. Nadie se lesionó, ha habido un show para los fans, pero ha sido un partido complicado de seguir. No voy a mentir”, finalizó el entrenador de Colorado.
Hasta el dos veces MVP de la temporada regular, que parte como favorito para llevarse el tercer galardón consecutivo, dejó claro que el show ha sobrepasado al baloncesto. “Este tipo de partidos no son para mí”, ironizó Nikola Jokic, pívot y jugador estrella de Denver.
La tónica habitual de las últimas ediciones ha evolucionado a ir de menos a más intensidad. Mientras que los tres primeros cuartos sirven para el espectáculo, en el último, si el resultado es apretado, se aplica una ligera defensa. En esta ocasión, ni siquiera hubo intentos de apretar en canasta propia. Las lesiones que dejaron fuera a Kevin Durant, Stephen Curry y Zion Williamson del partido servían como aviso de que cualquier golpe podía dejarte fuera, y parecían no querer arriesgar. El propio LeBron no disputó la segunda mitad tras darse un golpe en la mano con el aro.