La Champions y el Le Mans, consuelos del Gran Canaria

Al menos de momento, el Gran Canaria encuentra consuelo en Europa. Hoy lo hizo a costa del combativo Le Mans, que volvió al partido tantas veces como se fue del mismo, ni que darse por vencido hubiera sido opción en algún momento. Los locales tuvieron el duelo cerrado al menos dos veces en el segundo tiempo, pero la relajación hizo acto de presencia y de milagro no les desgració la noche.

Isaiah Wong, en un par de arrancadas, volvió a demostrar que si le da la vena ofensiva es capar de torturar a cualquiera. Eric Vila, en su labor de termita, se reivindicó dentro de la rotación de Lakovic, en la que Albicy volvió a demostrar, como siempre, que es un jugador capital, desde luego el indiscutible timonel del entrenador esloveno.

Comenzó el Granca con la mirilla un poco desviada. Tanto fue así que, al alba del primer cuarto, primero Vila y después Angola y Albicy erraron el tiro desde la periferia. Salió Kuath para darle vidilla al equipo insular y con sendas canastas, una en perfecta combinación de rebote ofensivo y mate a la vez solo posible con su estirada anatomía, le dio un pequeño empujoncito a la hueste local: 9-6. El duelo viró entonces hacia el órdago aceptado y compartido por el más alto, Jeanne (218 centímetros) y el menudo Wong. Si el primero impuso su montaña corporal para hacer seis puntos del tirón, el escolta del Gran Canaria apiló ocho de una sentada, incluidos dos triples consecutivos, para poner a su equipo con ventaja al final del primer acto de esta función: 19-18.

El segundo despertó con dos tiros libres de, cómo no, Wong, que entonces sí que paró su cuenta anotadora hasta el segundo tiempo. Pareció entonces que se había entrado en barrena ofensiva en ambas canastas hasta que llovieron los triples de Bogues, Salvó y Vila, secuencia de indudable delirio ofensivo que sirvió para que el Gran Canaria respirara hondo y se encontrara así mismo con aquel 35-32. Una preciosa asistencia de Albicy a Salvó le dio la máxima ventaja a los de amarillo hasta entonces, 41-36, hasta que Angola cerró los 20 minutos iniciales atacando como un poseso la canasta gala para darle a los suyos un esperanzador 46-39 antes de encarar el túnel de vestuarios.

Ni que se compadeciera de su rival, pudo el Gran Canaria haber dinamitado el duelo nada más empezar el tercer cuarto. En nada y menos, el tercer triple de Vila le distanció hasta un elocuente 51-39. Después, además, se dejaba ver de nuevo Isaiah Wong, picando desde donde hiciera falta con otros ocho puntos casi consecutivos para poner a su equipo +13: 59-46.

Una canasta de Dufeal redujo la desventaja visitante hasta el 59-50, así que Lakovic estuvo rápido para pedir un tiempo muerto que, a falta de 1:39 para que se diera por terminado el penúltimo periodo, fue devastador para su equipo. Ocurrió que, de ahí hasta que acabara el minuto 30, el Le Mans se levantó con un tremendo 0-12 de parcial coronado por los dos triples y los mismos tiros libres de Hudgins, que emergió como un ciclón para encarar la recta final de este duelo con todo por decidirse, 59-58, algo que parecía hecho apenas 99 segundos antes.

Lo mejor que le pudo pasar al Gran Canaria era, precisamente, que ese finalmente tortuoso tercer cuarto llegara a su fin. Así, los respectivos triples de Vila, el tercero de su cuenta, y Albicy, que parecía que no estaba pero repartió 8 asistencias, mandaron después un tranquilizador 68-59 para los locales. No dejaron dejar escapar esta vez los pupilos de Lakovic semejante ventaja para los apenas cinco minutos de duelo que quedaban.

El arreón final de Dileo y Hudgins llegó muy tarde. Le tocaba a la formación local asegurar una segunda victoria continental que sane las heridas de la competición doméstica, donde perdió sus partidos ante los últimos campeones nacionales: Real Madrid y Unicaja. Su próximo partido allende los Pirineos, contra el Spartak, decidirá el liderato del grupo H.

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