El Andorra muestra credenciales ACB ante el Estudiantes

La primera prueba del Movistar Estudiantes para calibrar sus verdaderas fuerzas en la LEB Oro salió cruz. Fue un golpe directo al ego colegial, que se vio superado por el MoraBanc Andorra en el global. Y extremadamente superado en dos tramos vitales del encuentro que fueron los clavos de su ataúd: en el segundo cuarto (10-25 de parcial) y a caballo entre el tercero y el cuarto, cuando el Estu había remontado: del 50-49 al 52-62. Finalmente, 72-79 haciendo que la derrota en Alicante de hace una semana duela mucho más en Madrid

Los del Principado ya suman ocho victorias con una demostración de mucha calidad hombre por hombre y de una batería ofensiva casi ilimitada en la que este domingo brillaron Dos Anjos (12) y Speights (18). De ese sumó a la fiesta, aunque algo más tarde Dee (15). También en orden defensivo y, sobre todo, en mentalidad ganadora para levantarse de la lona. Lo mejor para los colegiales, que aún es la novena jornada y que el margen de mejora deportivo es enorme… aunque el margen clasificatorio ya es mínimo si quieren alcanzar la primera plaza. Casi inexistente.

Los del Principado sacaron su cartel de grandes favoritos para el ascenso de manera directa en la primera parte. Se repusieron a un mal inicio (16-4) para imponer su ritmo, sobre todo, a partir del segundo cuarto. Desde ese periodo, se jugó a lo que ellos querían mientras los colegiales sudaban para no descolgarse del marcador, que al descanso les castigaba con un -10 (31-41). Felipe Dos Anjos, un ex del Estu, fue el que marcó terreno cuando todo pintaba negro para los de Natxo Lezkano. El interminable pívot (221 centímetros) dominó la zona: machacaba todo lo que llegaba a su alrededor (con el cabreo de Javi Rodríguez con Stoilov) e intimidaba a sus pares cada vez que se acercaban al aro andorrano. En los 14 minutos que estuvo en pista en la primera parte, se disparó hasta los 9 puntos, 5 rebotes y 2 tapones para 14 de valoración. Tras él, Speights, con otros 11 y el Andorra crecía de tres en tres desde el 27-30 al 29-39. El parcial del segundo periodo, un magnífico 10-25 para 31-41.

Algo tenía que hacer el Movistar si quería, al menos, vivir algo más en el partido y no verse arrollado. Y lo hicieron. Puede faltar calidad en comparación al pasado curso, pero no corazón. Eso es algo innegable. Al calor de una afición que se metía en el partido por un arbitraje discutible y los triples de Jorgensen (maravilloso con 20 puntos), los colegiales anotaron más tantos (12) en cinco minutos que en todo el segundo cuarto (10). Una escalada que culminó Smith (su papel en el marcaje de Speights tuvo buena nota) con el 50-49.

El Andorra contestó rápido, desde el perímetro y cogió distancia (parcial de 2-12) aprovechando el cansancio del quinteto del Estudiantes, fijo casi todo ese periodo. No necesita mucho para darte una dentellada. A pesar de las dificultades, los madrileños tuvieron a falta de 24 segundos la oportunidad de forzar aún más el duelo: Llovet, con un tapón sobre Jorgensen evitó el 74-77 que habría puesto algo más de picante al final. No pudo ser.