El Barça aún está en la fase inicial de digerir una derrota muy dura, de esas que te marcan durante un tiempo, incluso que pueden condicionar un proyecto. Se le escapó entre los dedos una gran oportunidad, la de meterse en su segunda final seguida europea cuando era el claro favorito, y se le escapó ante el Real Madrid. Tanto el entrenador, Sarunas Jasikevicius, como el capitán, Pierre Oriola, hacían un análisis de situación siendo críticos y sin eludir responsabilidades.

“Lo vuelvo a repetir, recibimos 52 puntos en la segunda parte. No sé si este equipo necesita otro entrenador, o algún entrenador para no encajar esos 52 puntos cuando el final está tan cerca”, asegura Jasikevicius este viernes, antes del entrenamiento para preparar el duelo por el tercer puesto ante el Olympiacos.

Saras dice que son reincidentes: “No es la primera vez que sucede, pero seguiremos buscando cosas para mejorar. Tenemos al staff que está muy implicado y pasamos muchas horas mirando cosas. Algo es seguro, no me voy a quitar responsabilidad. Si encuentro alguna cosa, os la digo en seguida. El problema de este equipo es el mismo desde hace un año y medio: los partidos que no podemos ‘matar’. ¿Dónde puedo ayudarles para resolver los encuentros y las eliminatorias? Aún no he encontrado la respuesta. El deporte es cruel, hay que ‘matar’ al adversario. Lo que pido en estas situaciones es no regalar cosas, y en baloncesto eso es no conceder bandejas y contraataques, cerrar el rebote cuando solo hace falta poner el cuerpo, no despistarse… No hacer esas cosas son regalos para el rival. Y estos grandes torneos se deciden normalmente por regalos, el que mete más puntos fáciles gana. Y el Madrid metió un número increíbles de puntos fáciles en la segunda parte”.

Oriola daba la razón a su entrenador en lo del instinto asesino: “No lo tuvimos ante el Madrid y tampoco en muchas otras ocasiones. Hace ocho años en Milán nos ganaron por 40 puntos en una semifinal y eso era un motivo más que nos tenía que servir de acicate para intentar ‘matarles’ en la segunda parte y no fue así. Es un varapalo grande, el rival fue mejor que nosotros en los pequeños detalles. Tenemos ganas de volver para casa y hacer borrón y cuenta nueva. Ahora el objetivo es ganar la Liga en las próximas cinco semanas. Hay que recuperarse jugando buenos partidos y haciendo un buen trabajo. Atrás ya no podemos volver, solo queda el presente”.