BROOKLYN NETS

El cuento de nunca acabar: Ben Simmons pasará por quirófano

El jugador de los Nets, Ben Simmons, pasará por quirófano para resolver sus problemas de espalda y tardará 3-4 meses en estar listo para jugar.

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El jugador de los Nets, Ben Simmons, pasará por quirófano para resolver sus problemas de espalda y tardará 3-4 meses en estar listo para jugar.
Maddie Meyer Getty Images

Un no parar. Eso es Ben Simmons. El jugador de los Nets, equipo con el que ni siquiera ha debutado, vuelve a protagonizar un episodio marcado por los problemas físicos y pasará por el quirófano y para solucionar sus problemas de espalda. El base se ha pasado toda la temporada en blanco inmerso en problemas relacionados por la salud mental y parecía que iba a debutar en el cuarto partido de la primera ronda ante los Celtics, pero cuando se acercó la fecha se anunció que la espalda volvía a darle problemas. Relacionados o no con el estrés o con sus problemas emocionales, la realidad es que Simmons se operará y estará de tres a cuatro meses de baja.

En teoría, y con el tiempo estimado de baja que se le ha dado, Simmons volverá para el inicio de la temporada 2022-23. Pero, ¿en qué situación regresará? El último partido del base fue el 20 de junio de 2021, en esa fatídica serie ante los Hawks en la que los Sixers dejaron escapar ventajas de más de 20 puntos y un liderato de 3-1 para despedirse de los playoffs y de unas finales de Conferencia que jamás han jugado como proyecto. Simmons hizo 5 puntos, 8 rebotes y 13 asistencias en ese duelo, pero vino de 8 y 6 puntos en el quinto y sexto partido respectivamente. El base no intentó más de 6 tiros de campo en ninguno de sus tres últimos encuentros y en el quinto se fue a un ignominioso 4 de 14 en tiros libres. Y, cómo no, fue el chivo expiatorio de un fracaso que removió los cimientos de los Sixers.

Tras su denostada actuación, Simmons abandonó la dinámica de los Sixers. Fue expulsado de un entrenamiento por Doc Rivers a inicio de curso y no volvió a estar con el equipo. Criticado por Joel Embiid y por la propia entidad, el entorno de Simmons alegó problemas de salud mental y pidió respeto para los mismos. El mal momento que pasaba el jugador a nivel personal se tradujo también en la relación con sus ya excompañeros y con el propio Embiid. Simmons no se sentaba en el banquillo, no se le veía en las prácticas grupales y apenas se dejaba ver por Philadelphia. Producto tóxico para la franquicia por el dinero que cobra (177 millones en cinco años) y por la relación rota que tenía con los Sixers, fue finalmente traspasado en el mercado de febrero y puso rumbo a los Nets junto a Seth Curry y a cambio, ya se sabe, de James Harden.

Independientemente del acierto o no del traspaso y de cómo estén ahora mismo los Sixers, lo cierto es que Simmons no ha vuelto a jugar al baloncesto. En teoría llegaría en marzo, y unas nuevas molestias físicas posponían su debut hasta abril. Pero no jugó ni al final de la regular season ni en el play-in. Sí se le vio, vestido de calle, junto a sus nuevos compañeros en todos estos encuentros, incluidos los tres iniciales ante los Celtics, dos en Boston y uno en Brooklyn. Pero cuando parecía que iba a debutar (y cuando menos sentido tenía que se estrenara, ya con 3-0 en la eliminatoria), el estrés se apoderó de Simmons, algo que determinados expertos denominaron pánico escénico y que le ha mantenido fuera de las canchas durante ya casi un año. Un tiempo que se alargará, por la eliminación de los Nets, hasta el inicio del próximo curso. Cuando, en teoría, estará recuperado de sus problemas de espalda, operación mediante. En fin. Es el cuento de nunca acabar. Sin ninguna duda.