Cualquier cosa que se diga ahora mismo del Bilbao Basket-Unicaja de este domingo puede ser papel mojado. Así que esta información podría autodestruirse en unas horas. Es lo que tiene vivir bajo la ola de una pandemia, que programa un partido un jueves, pongamos un Burgos-Tenerife, y este pasa al día siguiente, o sea, hoy. O marcar en el calendario un Bilbao-Unicaja en diciembre pero moverlo un par de veces, hasta ubicarlo este domingo, cuando se debía disputar el choque de la segunda vuelta en el Carpena. Y podría haber una tercera fecha, ya que el Bilbao, que cuenta desde ayer con un positivo en la plantilla, está pendiente de una nueva tanda de pruebas PCR para confirmar que se juega. 

"Esperemos que no haya más casos y podamos jugar", anhela Mumbrú. Además, está pendiente de Goudelock, ausente ante el Betis por una lesión muscular. Con cinco victorias consecutivas y un total de ocho, el equipo está a dos o tres pasos de confirmar la permanencia y sería una pena tener que frenar. "Espero que el COVID no nos haga parar. Tener bajas no es bueno y menos, por esta enfermedad. Nosotros hemos tenido la suerte de que muchos afectados han sido asintomáticos, pero tienes que estar en casa haciendo cuarentena y eso te corta el ritmo de entrenamientos sea el jugador que sea", sostiene el preparador barcelonés.

Con la racha actual y si se une un nuevo triunfo al carro da para cambiar los objetivos. Pero el entrenador del Surne no es muy amigo de lanzar las campanas al vuelo. "Antes de estas cinco victorias seguidas tuvimos cinco derrotas consecutivas al empezar la temporada. Si nos viniésemos muy arriba, seríamos bastante tontos. Esta temporada es muy larga. Si dejas de trabajar, puedes volver a estar mal, tener lesiones, está el COVID. Lo necesario es pensar siempre en el siguiente partido, incluso más en el siguiente entrenamiento", apunta el exalero, quien no acabó contento del todo con la primera parte del domingo en Sevilla, porque "no podemos permitirnos no estar siempre al cien por cien, no estuvimos todo lo concentrados que teníamos que estar, no estamos para regalar nada".

Unicaja aparece por fin por Miribilla en una crisis galopante. Kravic, recién fichado, no podrá disputar el partido de este domingo, ya que pertenece a la decimoquinta jornada, en la que el serbio-canadiense ya jugó con el Hereda San Pablo Burgos. Así, la normativa de la ACB no permite que un jugador dispute la misma jornada con dos equipos diferentes. Puede ser la sentencia para Katsikaris, que alcanzó su techo como entrenador en Miribilla con el subcampeonato ACB. En aquel equipo estaba Mumbrú, que ahora puede ser su verdugo. "Bastante tenemos con preocuparnos de lo nuestro como para hacerlo con los demás. No sé lo que se juega Fotis, sé lo que nosotros nos jugamos y que nos enfrentaremos a un equipo que vendrá aquí con el cuchillo entre los dientes. Tendremos que estar preparados para encontrarnos un Unicaja duro", replica el preparador de los 'hombres de negro'. Este fue compañero de Eric en Bilbao, el pívot de Unicaja que se la roto el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha esta semana y, lógicamente, le desea una pronta recuperación..

Los costasoleños cayeron en casa contra el modesto Cluj Napoca rumano en el primer duelo de la segunda fase de la Champions. No han entrado en la Copa y bajan las aguas revueltas. Para colmo de líos, Devin Williams no pasó el reconocimiento médico en las pruebas a las que fue sometido el miércoles y el Unicaja descartó su fichaje. Mumbrú pone especial énfasis en el talento ofensivo de los verdes. Por dentro se apañarán con Nzosa y Guerrero. "Va a ser un partido difícil. El otro día, con sus declaraciones, Fotis pidió un poco más a sus jugadores y cuando un entrenador hace eso es que el equipo está preparado para darlo", finaliza Mumbrú.