NBA | HEAT 113 - LAKERS 107

Los Lakers, ni lógica ni milagro

Los angelinos son zarandeados en la primera parte y reaccionan de forma furiosa, pero sin suerte, en el último cuarto. El empuje de LeBron no bastó. Los Heat, al frente en el Este.

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La esperanza de los Lakers, ya se puede decir la última esperanza y no la gran esperanza, es que Anthony Davis regrese. No solo eso: el clavo ardiendo pasa porque el ala-pívot regrese en su mejor versión, la del interior generacional que cambia los partidos en defensa y anota casi desde cualquier parte de la pista. El domingo había comenzado con la posibilidad de que Davis regresara en Miami, un cierto atisbo de optimismo para un equipo que casi ha olvidado ese feliz concepto. Pero no, Davis no regresó (“está cerca pero todavía no está ahí”, dijo Frank Vogel), los Lakers perdieron (una cuestión de lógica) en pista de los Heat (113-107) y vuelven a estar en negativo (23-24). En la zona play in de un flojo Oeste y con LeBron James por debajo del 50% de victorias después de 47 partidos de regular season. Algo que no le había pasado desde 2004. Desde rookie.

Y la cosa no va a mejorar, por ahora. Después de un calendario muy cómodo (el mejor de la NBA) en la primera mitad de temporada, algo que no ha servido para nada en el balance de victorias (o sí: para que el descalabro no sea todavía mayor), la cosa se va a poner dura de verdad ahora. Después de Miami, Brooklyn y Philadelphia. Y después, sin descanso, Charlotte y Atlanta. La cosa, salvo un milagro que tendría que pasar por el regreso de Davis, pinta a fea de verdad. Las derrotas van camino de apilarse antes de un parón del All Star al que es imposible saber si llegara Frank Vogel en su puesto. Ahora mismo, de hecho, casi parece una apuesta menos arriesgada el no. Problemas, problemas y problemas. Todos los que no tienen unos Heat que son el nuevo líder del Este: 30-17, las mismas derrotas que Nets y unos Bulls a la baja.

Los que saben que los Lakers no están (ni por físico ni por ánimo ni por defensa ni por ataque…) para partidos del nivel que te exige visitar Miami, vieron el guion más lógico cumplido casi desde el primer cuarto, cerrado en 39-25 antes de la ventaja llegar a 26 puntos (66-40) a tres minutos del descanso. Desde ahí la cosa se mantuvo estable hasta el 98-75 a 8:39 del final al que siguió una furiosa reacción de los Lakers, que al menos pusieron orgullo en una derrota que ya era inalterable porque es un equipo que tampoco tiene suerte. No golpea lo suficiente las puertas de la épica para que estas se abran. Pero un 13-32 cambio el marcador y el tono, y los Lakers se pusieron a cinco dos veces todavía con tiempo por delante. Se llevaron dos triples de Duncan Robinson y PJ Tucker. Y después se pusieron a cuatro y recuperaron la bola, otra vez con tiempo todavía, pero una falta en ataque a Avery Bradley a falta de 37 segundos acabó con el milagro. Cuando es que no, es que no.

Vogel volvió a confiar de salida en Trevor Ariza (0/5 en triples) y Dwight Howard. Dos jugadores muy por debajo en lo físico de lo que requiere, ahora mismo, el primer nivel NBA. Sus contadores parecen a cero, especialmente el de un Ariza cuyo regreso (tras una fea lesión de tobillo) fue otro motivo para la esperanza durante semanas. No ha traído nada, solo más desilusión. En la reacción final le entraron tiros a Avery Bradley (15 puntos, 4/9 en triples) para acompañar a un Russell Westbrook que llegó a 20 puntos por primera vez desde el 2 de enero (24+9+9) y a un LeBron James que acabó con 33 puntos y 11 rebotes, empujando hasta el final pese a un 1/8 en triples (5/25 los titulares). LeBron lleva 17 partidos en un mínimo de 26 puntos, en todos ellos ha sido el máximo anotador de los Lakers y reconoció tras esta derrota que está “en uno de los mejores trances ofensivos” de toda su carrera. Y eso está sirviendo para muy poco, para casi nada, a unos Lakers que llevan 17 partidos sin Davis como estuvieron justo antes 12 sin el propio LeBron. Cuando es que no, es que no.

Los Heat, su rival en las Finales de 2020 (parece que ha pasado una eternidad) son, ahora mismo, mucho mejores. Estos sí, un aspirante al titulo con galones y un equipo que compite falte quien falte. Porque siempre les falta alguien. Esta vez, Kyle Lowry y Tyler Herro. Pese al susto final, el triunfo quedó iluminado por Jimmy Butler (22+10+12), que batió (10) el récord de triples-dobles en Regular Season con la camiseta de los Heat. Lo tenía un LeBron que no jugaba en su antigua casa desde diciembre de 2019. Bam Adebayo (14+8+5), Duncan Robinson (25 con 6/11 en triples) y Caleb Martin (15) pusieron el resto. La lógica se impuso, ganó el equipazo al equipito (y hasta esto parece mucho decir). Los Heat son líderes del Este y van a por todas. Los Lakers están en negativo y nadie sabe dónde van. O sí, que es lo peor de todo. Cuando es que no, es que no.