LeBron James sólo quiere algo de tranquilidad. Como la mayoría de la borboteante afición de los Lakers. Por eso, al ver que no la consiguen entre todos, ha visto que es el momento de pegar ese golpe en la mesa que asuste que eche a volar a sus compañeros y espante a los contrincantes. Al menos, en teoría; la práctica la ha puesto en marcha en el pabellón local ante los Trail Blazers, equipo totalmente disfuncional que ha servido de prueba al rey de Akron para ver si el nuevo camino debe empezar ahora. El reloj va descontando horas y días, partidos que se van al limbo, y el sendero para llegar a las eliminatorias por el título no va a ser un camino de rosas para los angelinos, por lo que en algún momento tenía que salir el jugador generacional que domina la NBA con mano de hierro. 

Para Portland, el día en que se comunicó que Chauncey Billups tendrá a su hermano como apoyo en versión entrenador asistente para ver si entre los dos enderezan el rumbo del equipo, fue una noche perdida. No sólo el partido en sí por el resultado (139-106), sino por ser otra velada en la que demuestran que no demuestran nada. 

LeBron James ha comenzado la temporada, como las últimas, a un ritmo menor que cuando era el motor de la NBA, hace ya unos años. Su equipo no ha puesto el remedio necesario para que esta estrategia fuera válida, dando una imagen pésima de la que sólo con victorias por inercia han salvado al equipo de algo peor, y debía dar un paso adelante en cualquier momento. Davis sigue sin poder jugar y el equipo va recuperando efectivos, como el mismo Frank Vogel en el último día del año, con cuentagotas para lo que era una racha preocupante: al entrar en este partido, seis derrotas en los últimos siete encuentros. Momento para ver a una megaestrella desatada ante un rival que no para de perderse. 

43 puntos y 14 rebotes, con 5/10 en triples y sólo 13 fallos en los 45 tiros totales, en menos de media hora de juego dieron la medida. Era el Bron más poderoso aunque hace dos días cumpliera 37 años, veremos hasta dónde es capaz de exprimirse. 

LeBron abrió la lata con un triple y un 2+1 para ir dando avisos de lo que vendría después. Otro triple suyo con medio primer cuarto ya transcurrido dejaba el marcador en 25-10. La diferencia se hizo ahí, principalmente; si a Portland le falta talento ofensivo al no tener a McCollum y Nurkic, peor es que no se cierren en defensa para evitar parciales desastrosos como ése. Se mantuvieron esos quince puntos durante buena parte de la primera mitad y así se llegó al descanso. Monk (18) volvió a actuar bien como generador en ataque, Anthony (16) conocía bien a sus ex y también aportaba y Westbrook finalizó con la noche con un triple-doble (15+13+12). Una asistencia espectacular de James a Johnson puso durante el tercer periodo los veinte de ventaja para los Lakers, seguía subiendo, y el rey fue gustándose no sólo con las típicas acciones de fuerza en ataque sino estando en la primera línea de la defensa. Quiso mostrarse el '6' de púrpura. Cayeron más triples, uno de sus tiros hacia atrás en el poste bajo... Dominio claro y cero Lillard, que vio el lado contrario: siete de sus ocho triples se quedaron fuera de la cesta. La mala praxis de los Blazers a la hora de cerrar espacios hizo que fueran 139 puntos en su contra los que acabaran con ellos en el Crypto Arena.