Khyri Thomas es un jugador disciplinado, educado y con una ilusión que se advierte en cada paso o gesto que exterioriza. Hoy ha llevado a cabo su presentación oficial en La Casilla y luego se ha ejercitado con Peno, otro de los fichajes del Bilbao Basket, y tres canteranos. Llevará el dorsal número tres. El domingo se estrena contra el Breogán de dos ex como Cruz y Larsen. "Esta oportunidad de volver a jugar y compartir experiencia con nuevos compañeros y salir de mi país es muy buena y aporta un punto de excitación en mí", señala el exjugador de Pistons y Rockets. 

Su perfil tiene poco que ver con el de Goudelock, al jugador al que sustituye y en teoría estará listo en dos semanas, pero será difícil que vuelva a vestir la camiseta del Bilbao Basket. "Los dos ocupamos el mismo puesto, pero somos diferentes. Eso tengo que demostrarlo en el campo, vengo con mucha hambre de jugar y quiero agradecer la oportunidad que me ha brindado el club, de entrenar con estos entrenadores y en un campo como Miribilla", prosigue el jugador de Omaha (Nebraska).

Sus referencias sobre la ACB y más concretamente del Bilbao Basket son escasas. Se agarra al tópico de que "todo el mundo me decía que la comida y el vino son muy buenos aquí". Lleva algo menos de una semana y le queda mucho por recorrer. "La gente que ha pasado por equipos de ACB una vez que llegan a España, pocos quieren volver a Estados Unidos", sostiene Thomas, quien fue asesorado por su agente sobre los que se iba a encontrar en España. "Todos los que me rodean tratan de darme las pautas. Soy una persona sencilla, mientras tenga una cama y una nevera, no pido más que la oportunidad de jugar", lanza un tipo de aspecto humilde.

Thomas se enfrentó a Delgado cuando jugaba en Creighton, en la liga universitaria estadounidense. El recuerdo no es muy grato, pero en el buen sentido, porque "era enormemente físico, casi imposible de parar para mí". Muy pronto ha conectado con el pívot dominicano: "Es muy jovial, el primer día, según me vio, se puso a charlar conmigo sobre cómo es el equipo, la ciudad y el ambiente del vestuario, me ha comentado que me acompañará para ver muchos sitios de Bilbao. No sé si él me recuerda".

Thomas se define como un jugar "fácil de entrenar" y deja claro: "No vengo con aires de estrella, me propongo jugar y entrenar duro, con respeto a los compañeros y cuerpo técnico, mi compromiso es jugar al cien por cien, les debo esta oportunidad". La NBA sigue siendo su meta a medio plazo, pero sin agobiarse. "Tengo que demostrar aquí de lo que soy capaz, mucha gente piensa en la NBA, el tope de un baloncestista, pero no he demostrado nada. Si tengo la oportunidad, se verá. Lo fundamental es ganar partidos con este equipo que me da esta oportunidad". En los cinco partidos que disputó con los Rockets anotó 16 puntos de media; eso le valió ganarse un contrato multianual, aunque después fue cortado. Ahora no va a mostrarse como anotador "se me pide que me esfuerce en defensa, si meto 30 puntos, pero perdemos no sirve para nada". Por último, confesó que "fue muy fácil aceptar la oportunidad" bilbaína. "Desde primeros de octubre, cuando dejé los Rockets, he estado entrenando y volvía a casa esperando una oportunidad así".

El director deportivo, Rafa Pueyo, se encontraba visiblemente satisfecho con esta contratación, la tercera en poco tiempo junto con las de Inglis y Peno: "Es un jugador nos va a aportar físico, es muy buen jugador a nivel defensivo, siempre ha destacado por eso y por sus robos de balón. En ataque también tiene mucho talento, con facilidad para anotar desde la línea de tres y sabe jugar desde el 'pick and roll', encuentra al compañero liberado". También describió que el escolta de Nebraska es muy bueno a campo abierto en situaciones de transición y contraataque. "Sabemos que viene con mucha ambición e ilusión, es su primera experiencia fuera de Estados Unidos y nos va a aportar mucha energía", concluyó Pueyo.