El Valencia Basket se complica mucho su participación en la Euroliga esta temporada. Las de Rubén Burgos tuvieron su peor tarde en el peor momento posible. Nada les salió a las taronjas en Schio ante un equipo anfitrión que acribilló desde el perímetro con una Kitija Laksa que anotó 19 puntos (tres triples).

Aun así, un arreón final permite un hilo de esperanza. Los ocho puntos de desventaja en el basketaverage no son insalvables. Eso sí, necesita que el Bourges gane mañana al Schio. Y según la diferencia de puntos, sabrá por cuántos deberá ganar en la última jornada a las francesas. Pero antes, habrá que mejorar mucho.

Porque ninguna de las estrellas taronjas brillaron en Italia, quizás cansadas tras el largo viaje desde Tenerife hasta Schio. Cristina Ouviña, MVP de la Supercopa, nunca dominó desde el puesto de base y tampoco brilló en el tiro. No obstante, fue la máxima anotadora (9 puntos) y un triple suyo y dos libres en los últimos instantes le dan un hilo de vida al Valencia.

El Valencia compareció perdido en el peor escenario posible. Con una Euroliga en el horizonte, el quinteto español comenzó atenazado, insistiendo en el juego interior pero no metiendo ni una canasta desde fuera en todo el primer cuarto. Por suerte, al Beretta Famila Schio también le temblaba la mano y el resultado parecía más de minibasket que de un partido de la máxima competición continental. Las taronjas sólo habían anotado 6 puntos en 7 minutos y medio pero dos canastas de Carrera y Trahan-Davis dejaban el duelo en 10-11 con tres cuartos por jugar.

Sin embargo, en el segundo cuarto fueron las italianas las que despertaron y a base de triples de Laksa y Sottana cogían las primeras ventajas serias en el electrónico. El aro del Schio tenía una tapa y las chicas de Rubén Burgos se frustraban en cada acción. Leti Romero ponía el 22-24 a falta de cuatro minutos para el descanso pero ahí se secó la anotación taronja. Un parcial de 0-9 final ponía un 22-33 preocupante, al descanso.

Del descanso salió Gülich enchufada, con dos canastas seguidas que hicieron dudar al conjunto italiano (26-33, min. 21). Sin embargo, atrás no funcionaban los ajustes. Se paraba a la estrella transalpina, Sandrine Gruda, pero Laksa y Sottana mitigaban cualquier opción de que las valencianas se acercaran en el marcador y Keys era la dueña en la zona. Ni Gülich, ni Gil, ni Carrera ni Trahan-Davis podían con ella. Con -13 en el marcador a falta de dos minutos, la cosa se complicaba demasiado. Al final, la derrota con ocho puntos les deja con algo de vida, aunque dependiendo de una victoria del Bourges francés.