PHILADELPHIA 76ERS

Simmons: presión total a los Sixers

"Para cuando le quieran multar ya se habrá llevado un buen botín", dice un Windhorst que asegura que no va a cambiar la postura del jugador. El mercado por él, casi nulo.

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Simmons: presión total a los Sixers
CHRISTIAN PETERSEN AFP

Se acerca el inicio de los training camp en la NBA y la situación de Ben Simmons en los Sixers está igual de enredada que hace semanas… o todavía más. El australiano no quiere jugar en Philadelphia ni un partido más y se reunió con propietario (Josh Harris), presidente (Daryl Morey) y entrenador (Doc Rivers) para comunicarles personalmente que no tenía intención ni de presentarse a los entrenamientos de pretemporada. Los Sixers saben que quiere cambiar de aires desde que acabó, de la peor forma, el curso pasado. Y contaban con recibir una buena oferta por él. Esta no ha llegado, así que ahora tratan de aparentar normalidad para no verse forzados a hacer una venta en condiciones muy desfavorables.

A Simmons le quedan cuatro años de contrato (33, 35,4, 37,8 y 40,3 millones) así que los Sixers pueden permitirse hacer oídos sordos a las presiones del jugador. Pero al mismo tiempo necesitaban maximizar los años de esplendor de Joel Embiid, evitar descolgarse en las jerarquías del Este y ahorrarse, en la medida de lo posible, el sainete que sería comenzar el training camp sin Simmons: multas, rumores, foco mediático constante, preguntas diarias a Rivers y los jugadores…

Pero si alguien pensaba que los días sin ofertas y sin que un traspaso parezca cercano harían que ambas partes se fueron viendo obligadas a limar asperezas, estaba equivocado. Al menos por lo que respecta a Ben Simmons. El periodista de ESPN Brian Windhorst ha dejado claro que nada ha cambiado y que este no tiene intención de presentarse a trabajar con el equipo. De hecho, asegura que en los Sixers tienen que tener claro que no van a encontrar colaboración por su parte: “Uno de los mensajes que ha enviado a los Sixers es que se trabajo no es ayudar a mejorar su valor de mercado, que él no tiene que dedicarse a reconducir las cosas o a poner en mejor situación a los Sixers de cara a una negociación. Eso es algo que no está en el menú del día para él. No tiene ningún interés en regresar y revertir la situación”.

Simmons es un tres veces all star que en 2020 entró en el Tercer Quinteto de la temporada y en las dos últimas campañas ha estado en el Mejor Quinteto Defensivo. En la pasada promedió 14,3 puntos, 7,2 rebotes y 6,9 asistencias. Su tiro no ha mejorado nada, de hecho ha ido empeorando, pero es uno de los defensores de elite de la NBA y un jugador con un tremendo instinto para pasar y una gran capacidad para jugar en transición rápida. Pero todo eso ahora mismo pesa menos que esos problemas terribles para anotar, su falta de lanzamiento desde media (no digamos larga) distancia, los errores en los tiros libres y la desconexión que todo eso le produjo en la última eliminación en playoffs, contra los Hawks. Windhorst añade otro dato que favorece la posición del jugador por si los Sixers piensan en convencerlo a base de multas: “Por la forma en la que está estructurado su contrato, cobrará la mitad de su sueldo antes del 1 de octubre. De los 33 millones de la próxima temporada, tendrá 16,5 para esa fecha. Así que se habrá embolsado un botín suculento antes de que los Sixers le hayan podido quitar el primer centavo con una multa”.

Todo son malas noticias para unos Sixers que siguen intentando sacar lo máximo a cambio de un jugador que tiene solo 25 años. Pero el mercado, por ahora, no responde. Jon Krawczynski cubre a los Timberwolves, uno de los que estarían a priori interesados en un posible traspaso, y dejó claro en su podcast que las peticiones de los de Philadelphia no encuentran eco en el resto de la NBA: “El mercado por Ben Simmons ahora mismo es un solar. Hay equipos que se han interesado, pero desde luego no es el frenesí que esperaba Morey cuando se supo que quería marcharse. No se ha puesto en marcha ninguna puja por él”.