La NBA ha pulsado el botón de encendido en la máquina del mercado y, a partir de ahora, ya no parará. La pasada madrugada, en medio de la gala del Draft, Los Angeles Lakers daban un golpe de efecto mayor. Para sorpresa de muchos, o de todo el mundo, llegaba Russell Westrbook para formar un big-three con LeBron James y Anthony Davis. Un movimiento con muchas implicaciones por parte de la franquicia angelina, cuya capacidad salarial, muy limitada, se combina con muy pocos jugadores con contrato garantizado. Prácticamente al mismo tiempo, Ricky Rubio cambiaba Minnesota Timberwolves por Cleveland Cavaliers. Noche muy movida que hoy ha encontrado su continuación. Con Boston Celtics como eje central, hasta cuatro franquicias han negociado cambios en sus plantillas. Por un lado, a través de un intercambio que implica a tres equipos distintos: los propios Celtics junto a Atlanta Hawks y Sacramento Kings. Por el otro, a Boston con Dallas Mavericks.

En el primer caso, la franquicia dirigida por Ime Udoka, que se estrenará en el banquillo la próxima temporada, ha recibido al exterior Kris Dunn y al interior Bruno Fernando, además de una segunda ronda del Draft 2023. Todo ello, procedente de Atlanta. Los Hawks, por su parte, se han hecho con los servicios de Delon Wright, exterior procedente de Sacramento Kings, la tercera franquicia en cuestión y el nuevo destino de Tristan Thompson, que sale de Boston tras disputar solamente una temporada, en la que ha promediado 7,6 puntos y 8,1 rebotes en 23,8 minutos. Su salida, en buena parte, es una consecuencia directa del primer movimiento de Brad Stevens en los despachos: con la llegada de Al Horford, que se unía a Robert Williams III, y de Moses Brown, con un contrato no garantizado, el puesto de pívot se daba por cubierto.

La noche en Boston, sin embargo, no ha terminado ahí. Si, primero, Adrian Wojnarowski (ESPN) adelantaba el anterior movimiento; después, Shams Charania (The Athletic) revelaba la llegada, a los mismos Celtics, de Josh Richardson, procedente de Dallas Mavericks. Para ello, la franquicia ha utilizado parte de la trade exception procedente del traspaso de Gordon Hayward a Charlotte Hornets, producido en noviembre del año pasado. En clave texana, un movimiento con un único objetivo: liberar espacio salarial. Richardson, que, como sucede en el caso de los cinco jugadores implicados, finaliza contrato la temporada 2021-22, ingresará 11,6 millones de dólares tras aceptar una player option. 

En su único curso en Dallas, el escolta no ha cuajado. Empezó como titular, pero se fue diluyendo y, finalmente, terminó con 12,1 puntos, 3,3 rebotes y 2,6 asistencias. "Necesitamos un segundo anotador", aseguraba Mark Cuban hace poco más de un mes. Ahora, en la ardua tarea de rodear mejor a Luka Doncic, los Mavs entrarán en la agencia libre con un mayor desahogo económico, con la mira puesta en conseguir un jugador de entidad que acompañe al esloveno. Era un primer paso necesario en la 'operación Doncic', en la construcción de un proyecto ganador para el base. Sports Illustrated, dentro de la lista de agentes libres, relaciona con Dallas a Kyle Lowry, DeMar DeRozan o Spencer Dinwiddie.

Tras todos los movimientos, por su parte, los Celtics llegarán a la agencia libre con 13 jugadores con contratos garantizados y, según Bobby Marks (ESPN), 5 millones de dólares por debajo del impuesto de lujo. En ella, deberán decidir si volver a firmar a Evan Fournier, que, en los 26 partidos disputados con el equipo la pasada campaña, promedió 13 puntos y 3,1 asistencias. De seguir, compartiría protagonismo perimetral, más allá de los Marcus Smart y Jaylen Brown, con el propio Richardson, presumiblemente, parte de la rotación. Menos claro está el papel que puedan tener Dunn y Fernando, con temporadas muy discretas en Atlanta. Caso distinto al de Tristan Thompson y Delon Wright, llamados a ser importantes en sus nuevos equipos. Aún más si se tiene en cuenta que Richaun Holmes, pívot titular de los Kings, y Lou Williams, base suplente de los Hawks, serán agentes libres.