Cristina Ouviña (Zaragoza, 18/09/1990) ha sido una de las últimas en regresar al baloncesto español. Se marchó en 2012 y tras su paso por Polonia (Wisla), Rusia (Nadezhda), Francia (Bourges) y la República Checa (Praga), fichó el pasado verano por el Valencia Basket, con el que ha sido la mejor nacional del curso y ha levantado la Eurocup femenina.

Mondelo se ha 'quejado' de que les faltaba algo de rodaje con sólo cinco partidos de preparación. ¿Le vino bien a España tener que jugar los octavos?

Creo que viene bien siempre que se juegue como lo hicimos. Volvimos a enseñar nuestra identidad, a competir bien, a sentirnos cómodas... Eso al final siempre es sumar en positivo.

¿Cómo han sido estos días desde la derrota ante Bielorrusia al despertar en el Eurobasket?

La derrota fue la cruda realidad. Decir estamos aquí y no se puede perder y, sobre todo, perder haciéndolo mal. Al final, todos los equipos te compiten y puedes perder, pero cuando lo haces sin ser tú... Eso nos hizo pasar la noche un poco tocadas. Al final, hablando entre nosotros, nos dijimos que a peor no podíamos ir, porque era imposible, y que tocaba tirar para adelante y volver a ser nosotras mismas. Ahora creo que vamos poco a poco hacia arriba.

Con los positivos de Torrens y Abalde, la incertidumbre de los test diarios, la derrota en el estreno... ¿quieren incluso un poquito más hacerlo bien?

Han sido días duros. La incertidumbre en general es mala y, sobre todo, perder dos jugadoras importantes es un mazazo. Fue duro, pero al final cuando te centras en que eso es lo que hay y lo que va a ser, las que estamos tenemos que tirar para adelante y llevar a España, mínimo, a nuestra identidad.

Hoy toca Serbia.

Podría ser una final de un Europeo tranquilamente. Va a ser muy duro, hay que estar 100% centradas los 40 minutos. No sé si ganaremos o perderemos, pero mínimo quiero competirlo como lo hemos hecho estos últimos días.

Con cuatro bases entre las doce, España está jugando muchos minutos con dos de ellas en pista.

Ya no sólo somos las cuatro, todas las exteriores en algún momento han hecho de base. Al final, eso es un plus. Otras selecciones no pueden. Es un placer poder decir 'esta jugada se la paso a la compañera y que la marque ella'. Esto te da un poco de respiro, de no tener tantas veces la responsabilidad de mandarlo todo.

Del Valencia Basket, aparte de usted hay otras tres jugadoras. ¿Ayuda llevar un año junto a ellas?

Siempre te gusta tener caras conocidas. En el fondo, en la Selección, nos conocemos todas de todos estos años, pero tener a gente con las que has estado durante la temporada facilita las cosas.

Usted ha sido una de las últimas en volver a España. ¿Por qué?

Básicamente porque prioricé mi vida personal sobre la deportiva. Llevaba muchos años fuera y ya no veía el baloncesto de la misma manera. No lo disfrutaba. Entiendo que es nuestra profesión, pero llegó un punto en el que la balanza se decantó claramente por volver a casa, por acercarme a los míos.

Pero en el aspecto deportivo no ha podido tener una mejor vuelta: campeona de la Eurocup y mejor nacional de la LF Endesa.

No es por los títulos colectivos o individuales, lo que más valoro es volver a sentirme enganchada al baloncesto, volver a disfrutar. Se había vuelto una rutina, otro día más en la oficina. Es una pena porque el deporte hay que sufrirlo, pero sobre todo disfrutarlo. Y yo había perdido eso que ahora he recuperado. Aunque si le sumas éxitos, mejor que mejor.

¿Cómo es estar en un club como el Valencia Basket, que mima tanto al baloncesto femenino?

Lamentablemente, no estamos acostumbradas a que nos traten así en el baloncesto de clubes. Sí con la Selección. Llegar a un equipo del que no esperas nada y recibes tanto, es de valorar. A día de hoy es el club que mejor te trata.

¿Estamos ante la mejor Cristina Ouviña de siempre?

Me gustaría decir que no, que espero que haya una mejor. Lo que veo es que estoy disfrutando, las cosas me están saliendo y, en general, las sensaciones son buenas. Al final, me quedo con eso y con poder ayudar al equipo.