BARCELONA

Pau Gasol pasa la prueba y mete a Jasikevicius en una encrucijada

Gasol logró en el quinto ante el Zenit su mejor partido desde que volvió al Barça. Queda patente que ya se puede contar con él también en los partidos grandes.

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Como decíamos ayer... La frase que se atribuye a Fray Luis de León vale para enlazar lo que se publicaba en este espacio horas antes de que el Barcelona se midiera al Zenit en el quinto partido de los cuartos de final de la Euroliga. Podía ser una prueba de fuego para Pau Gasol, una de las ilusiones más potentes del año de la pandemia de coronavirus. Lo fue y no sólo salió airoso, sino que abre otro plano en su etapa de regreso al club que le vio nacer baloncestísticamente hablando. El pívot catalán realizó su mejor partido desde que volvió de la lesión que le dejó dos años sin jugar.

En Andorra, en la Liga Endesa, anotó más, pero frente al Zenit hablamos de un partido de eliminación, de una competición superior, de vida o muerte, de mejores rivales y, en lo que a él respecta, una intensidad que no habíamos visto hasta ahora y una fluidez que empieza a recordar a un Pau al que sí estábamos acostumbrados. Fue el mejor valorado de su equipo (16), del Barça, un equipo que se clasifica para la Final Four, es uno de los presupuestos más potentes del continente... Para entender la dimensión de la gesta, hay que añadir. 3/4 en tiros de dos y un tiro libre, pero además aplicándose en la zona con 3 rebotes, 3 robos y 4 tapones. Jugó un poco menos que Brandon Davies, el titular, y aun así cerró con estos grandes registros el que puede ser el partido de su resurrección si subimos un poco el nivel de la prosa

"No sé si hemos fichado a Pau Gasol o a Mutombo", dijo Sarunas Jasikevicius después del encuentro ante el Zenit. Era como para inflar comparaciones, su jugador había dado una nueva lección a simpatizantes y detractores. 

La dicotomía estaba clara. ¿Se podía tirar de un Gasol todavía en adaptación a su propio cuerpo y a una plantilla rodada en un compromiso importante? En citas anteriores la respuesta era negativa, pero con este paso adelante hay que tornarla en positiva. Lo próximo que le viene a los culés son los partidos por el título en la Liga y la Final Four de Colonia, que empezarán en semifinales ante el Olimpia de Milán. Se va a encontrar de todo: con los italianos, una roca como Tarczewski, dos atléticos como Evans y Brooks y alguien más versátil como Datome; si llega a la final española contra el Madrid se puede medir a Tavares, Poirier o un Garuba que les desbordó en el último choque. Pero es que contra los rusos se las vio contra Poythress, revelación a la par que su equipo, y Black, que fichó por los Lakers justo cuando él se marchó. La prueba vale, no son dos madres y se ha tenido que emplear con tino y sudor. 

"Para mí ha sido un gran paso adelante", señaló a los micrófonos de EuroLeague TV tras rebasar junto a su Barça al Zenit de San Petersburgo. "Llevo un par de semanas entrenando bien y quiero seguir sintiéndome bien, llegar a una mejor forma para poder ayudar y contribuir como he hecho hoy", continuó. 

Oriola siempre es útil por su capacidad de lucha y ya tiene experiencia incluso mundialista, Davies se ha vuelto a destapar como el soporte de la pintura y Mirotic deberá aparecer para demostrar que es el jugador con más estrella de este Barcelona, pero ahí queda hueco también para que Pau no sólo se ponga a punto para verano sino para que sea un ítem crucial en un equipo que ilusiona tras un lustro penoso. 

Claver, con un rol reducido como ala-pívot si Higgins o Abrines tienen que subir como aleros para hacer hueco también a Kuric y Bolmaro, ya que las posiciones se van empujando cuando alguien destaca o se cambia de esquema; Martínez, alguien que venía destacando pese a tener aún ficha del filial; Pustovyi, que ya tiene difícil aparecer hasta en partidos de la Liga Endesa. Y etcétera. Ésos son los puntos negativos que deja este nuevo vértice en la aparición viejorockera de Gasol, pero algún aficionado del Barcelona ya lo pensará: ojalá que sea todo así de dañoso.