Si al Bilbao Basket le quedaban por pasar pocas cosas ya está aquí la penúltima: ha registrado dos casos positivos de COVID-19 en el equipo. Los afectados se encuentran aislados en su domicilio y en buen estado. El equipo tuvo un largo desplazamiento el martes a Tenerife, donde cayó derrotado, y tras conocer estos casos, el resto de integrantes del plantel se someterá hoy a un nuevo test, cuyos resultados se conocerán mañana.

En la plantilla han pasado el coronavirus Huskic, al que las secuelas no han dejado de darle la lata durante todo el año, y Hakanson. También en noviembre cayó uno de los miembros del cuerpo técnico. De Tenerife llegó tocado en un pie Brown tras una suspensión hacia canasta. Y se aplazó la cita ante el Fuenlabrada del sábado pasado por idénticos motivos en las filas madrileñas, la pandemia. El protocolo de seguridad de la ACB estipula que si se dan tres casos en un equipo se considera como brote, así que si no se confirman más en Miribilla, se jugaría el partido de La Fonteta. Pero si ha caído alguno más, se daría la circunstancia de tener que aplazar esa cita y las dos de la semana próxima en Miribilla (ante Granca el viernes y Burgos el domingo), es decir, tres jornadas entre las seis que restan por disputarse, más la pendiente ante el Fuenla.

No es más que un golpe más en el equipo de Mumbrú, que ahora deberá esperar a los exámenes para ver si se mantiene el choque del domingo ante el Valencia en La Fonteta. El año empezó ya torcido con las salidas, vía cláusula de escape, de Lammers y Sulejmanovic. Después se falló con los fichajes de Jones y Moses, así que comenzó un carrusel de fichajes y parches. Van seis, el último el del base heleno Athinaiou, tras las fuertes molestias en el tendón de Aquiles que arrastraba en las últimas semanas Rousselle. No se libra ni uno de las lesiones. El técnico tiene una ficha extra y cada jornada puede descartar a un jugador. En Tenerife le tocó a Huskic, como la jornada anterior. Y Kulboka no salió ni un segundo. A los problemas de salud se unen los deportivos, con el equipo anclado en la penúltima posición, con la moral por los suelos y a dos victorias de la zona de tranquilidad. Le resta por jugar ante Fuenlabrada, Valencia, Granca, Burgos, Madrid y Joventut y le hará falta un mínimo de tres (una de ellas sí o sí ante el Urbas) para tener alguna opción de permanencia.