Mike James ha conseguido su propósito. El jugador de Portland se fue a Estados Unidos tras ser rechazado en Europa y buscando volver a la NBA, donde ya había jugado con Suns y Pelicans, y se ha ganado un contrato. Llevaba unas semanas en el país, esperando una llamada que satisficiera sus deseos, y la ha recibido de uno de los favoritos: Brooklyn Nets. 

Dionysis Aravantinos y Antonis Stroggylakis, de EuroHoops, avanzaron el interés de los Nets y Chema de Lucas, de Movistar+, confirma que jugará en Brooklyn.

Entra, por lo tanto, en la lucha por el título después de la amarga experiencia vivida en el CSKA, donde fue apartado para el tramo decisivo de la temporada cuando estaba siendo el mejor de la Euroliga.

El contrato llegará hasta el final de la temporada. El contrato con los Nets, claro, porque el que conserva en Moscú y termina en 2023 queda por ver cómo se resuelve. Andréi Vatutin, presidente del CSKA, ya advirtió que la búsqueda de un empleo en la NBA por parte de James iba a tener implicaciones buenas para ambas partes porque haría más fácil una futura rescisión si lo encontraba, como ha acabado pasando. La continuidad de Dimitris Itoudis en el banquillo ruso no está nada clara y tampoco el futuro de James, el jugador al que el entrenador expulsó del equipo. 

Para los Nets la prioridad, con James Harden fuera y los problemas físicos que ha ido desarrollando Kyrie Irving en los últimos años, es proteger la figura de los exteriores. El fichaje de Blake Griffin y la irrupción de Nic Claxton desplazaron incluso a DeAndre Jordan, el téorico pívot titular, por lo que el interior parece cubierto con Durant capaz de jugar con pequeños y pese a la sorprendente retirada de LaMarcus Aldridge, que ha abierto otro hueco en la plantilla que será ocupado por James. Con esos mimbres luchará el debutante Steve Nash por conducir a sus chicos al Anillo.