El calendario de la NBA es muy apretado esta temporada, no sólo por tener que acabar antes de agosto sino por la incidencia que en la primera parte de la misma tuvo el coronavirus. No caben más fechas, pero es posible que haya más aplazamientos y de forma masiva próximamente. Así se lo ha avisado la oficina central a los equipos debido al inminente veredicto del juicio de Derek Chauvin, el policía que fue acusado en 2020 de asesinar a ciudadano negro George Floyd en Mineápolis y que desató con furia el movimiento Black Lives Matter en EE.UU.

Este lunes 19 se espera la exposición de las conclusiones y la decisión final se aproxima. Esto podría suponer, en caso de ser favorable al policía, que los jugadores de la NBA se rebelaran de nuevo en protesta por ello y pararan una, dos o más noches para concienciar sobre esta decisión y sus implicaciones en la lucha contra la igualdad racial. Así lo ha referido Adrian Wojnarowski, de ESPN, en decisiones que quedan no sólo a la espera de saber cómo acaba el procedimiento sino del ánimo de los miembros principales de la Liga.

No es algo nuevo. La NBA ya paró dentro de la burbuja, con el Bucks-Magic de los Playoffs 2020 como punto determinante ante la no aparición en cancha de los de Milwaukee tras otro caso parecido, el de Jacob Blake, otro negro golpeado por la Policía -en su caso, de Kenosha (Wisconsin)- a la luz de las cámaras. Al parón se adhirieron todos los equipos y duró tres días, planteándose no jugar más. 

El caso más cercano en el tiempo tuvo lugar la semana pasada, cuando un Timberwolves-Nets fue aplazado unas horas por el tiroteo, también en Mineápolis, a Daunte Wright, un chico negro que no iba armado en un paso de cebra.