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La resurrección de los Celtics: ni Campazzo frena el orgullo verde

Los Celtics borraron del mapa al equipo de Mike Malone con un parcial demoledor entre el final del tercer cuarto y el inicio del último. Campazzo, el mejor de los Nuggets.

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Los Celtics borraron del mapa al equipo de Mike Malone con un parcial demoledor entre el final del tercer cuarto y el inicio del último. Campazzo, el mejor de los Nuggets.
Ron Chenoy USA TODAY Sports

Los Celtics pueden permitirse esbozar, al menos de manera sibilina, una sonrisa. Han remontado en la pista de uno de los equipos más en forma de la competición, los Nuggets, y suman su tercera victoria consecutiva, la quinta en los últimos seis partidos y la séptima en los últimos 10. Han remontado un encuentro en el que iban por detrás con un parcial monstruoso que ha borrado del mapa al conjunto de Colorado, desconocido entre el final del tercer cuarto y el inicio del último. Y siguen disputando el séptimo puesto de la Conferencia Este con los Knicks, pero con una dinámica ascendente que les deja a solo medio partido de Heat y Hornets, además de mirar a la cara a unos Hawks que se encuentran un poco más lejos (a 1,5 partidos) pero a una distancia igualmente salvable. Y sí, los Celtics siguen siendo, en el general de la temporada, una decepción obvia a la que le va a costar mucho levantar cabeza y enderezar un curso baloncestístico que está poniendo en jaque al proyecto, de Danny Ainge a Brad Stevens pasando por los jugadores. Pero encadenar victorias y mejorar sensaciones es la única opción que tienen en este momento, a mes y medio de unos playoffs que siempre han supuesto el examen con mejor nota de Stevens. Siempre, menos cuando estaba Kyrie. Y ya veremos este año, donde el "ya veremos cuando lleguen los playoffs" está sonando más bajo que nunca.

El partido ante los Nuggets tuvo dos caras bien diferenciadas. Una inicial, que duró dos cuartos y medio, y que demostró por qué los Nuggets son uno de los mejores equipos de la competición norteamericana. Y otro al final de un encuentro que acabó con una de las mayores sequías que se le recuerdan a los de Colorado en toda su historia: un parcial de 31-8 en el último cuarto, de 40-8 si sumamos los instantes finales del tercer periodo y que llegó a tener un 31-3 ligeramente arreglado al final por los locales, que no pudieron deleitar con nada que se pareciera al baloncesto a la poca afición que se amontona (con medidas de seguridad y compañía) en las gradas de su estadio. El equipo de Mike Malone pareció una marioneta durante ese periodo de tiempo y tuvo una gestión del lanzamiento y una selección de las jugadas absolutamente demencial, a la par que ignominiosa.

En el último cuarto, los Nuggets anotaron un paupérrimo 3 de 23 en tiros de campo, incluido un 0 de 9 en triples. Los números generales en el lanzamiento fueron inexcusables, con 10 jugadores por debajo del 50% en tiros y actuaciones bochornosas de, por ejemplo, Michael Porter Jr., que finalizó con un desastroso 1 de 12 en triples, potenciando sin suerte el catch and shoot tan bien desarrollado desde que Aaron Gordon (mal hoy, con solo 7 puntos y desaparecido en los momentos importantes) hiciera acto de presencia en una plantilla que ha encontrado el complemento perfecto, pero ha tenido una crisis ofesniva de difícil explicación ante Boston. La ausencia de Jamal Murray se ha notado, Nikola Jokic ha conseguido un triple-doble (17+10+11), pero con un 6 de 15 en tiros y muchas protestas al final y solo Facundo Campazzo (sí, han leído bien), ha dado la talla: 14 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias en más de 30 minutos, con un gran 5 de 6 en tiros de campo y perfecto (3 de 3) en triples. El otro jugador local que ha superado el 50% en el lanzamiento ha sido, por cierto, P.J. Dozier, que acabó con 3 de 6. En otras palabras: naufragio absoluto.

Por parte de los Celtics hubo de todo. Sobre todo mucha celebración del banquillo, buen conocedor del momento químico complejo que vive la plantilla y de las ganas de reivindicación y, principalmente, de redención que existen en la misma. Destrozaron el aro rival sin pudor, recuperaron balones tan inopinados como merecidos haciendo gala de un pundonor y un orgullo (el verde) que ha brillado por su ausencia esta temporada y estuvieron centrados en los dos lados de la pista. JaysonTatum emergió como la estrella que es (28 puntos y 10 rebotes) y los cinco titulares superaron la decena de puntos a pesar de la horrenda gestión del triple (7 de 33 al final, poco más del 21%): 2 de 7 de Tatum y Jaylen Bron (que anotó 20 puntos), 2 de 6 del no traspasado Marcus Smart (los Celtics querían a Aaron Gordon, viva las coincidencias) y 0 de 7 de Kemba Walker (para 14 puntos) que sigue sin encontrar constancia ni regularidad, pero se ha encontrado, al igual que su equipo, una victoria que da un respiro a Brad Stevens. Solo falta por ver si estamos ante un cambio de tendencia o un mero espejismo. De momento, los Celtics sonríen levemente. El resto, ya lo veremos.