Blake Griffin ya es jugador de los Nets. Su agente, Sam Goldfeder, lo ha confirmado a ESPN. El ala-pívot aterriza en un equipo que ya era uno de los candidatos principales y que con su adquisición detona otra bomba en el mercado de la NBA. Kevin Durant y Kyrie Irving no jugaron buena parte de la temporada pasada, tras unas semanas de competición este año se unió James Harden y ahora le toca el turno a Griffin, que ya tenía la opción de firmar por otro equipo tras cumplirse el plazo estipulado para ello. 

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La salida de los Pistons, de cuya disciplina para los partidos ya había sido apartado para buscar una salida, llamó la atención de casi cualquier equipo. Griffin es un jugador que se ha tenido que reconvertir por la cantidad de lesiones que ha tenido, ahora forzado a distribuir por fuera y tirar triples cuando en sus años buenos fue uno de los matadores más fieros del lugar, pero sigue siendo alguien valorado. Y más por el precio al que llega.

Le quedaban 56 millones por cobrar y Detroit le pagará una parte, ya que ha renunciado a otra para salir, por lo que aceptaría ofertas por muy poco. Eligiendo el mejor proyecto. Los Nets, por construcción de plantilla, podían llegar hasta los 5 millones, pero será el mínimo de veterano lo que se lleve (2,6). En pro del equipo deja otro hueco para un fichaje de futuro cuando haya salidas en los días más calientes del mercado, como el año pasado aprovecharon Lakers y Clippers. 

En Brooklyn coincidirá con DeAndre Jordan, con quien dominó la pintura en la Lob City de Los Ángeles. 

Griffin fue el número uno del Draft 2009 por delante de Stephen Curry, James Harden o Ricky Rubio. Estuvo un año en blanco y ganó el Novato del Año en 2011. Con los Clippers intentó ganar, pero no pudo. Ahora, en el momento más álgido de la franquicia de la que fue santo y seña, se marcha a uno de los equipos que quiere ganarle la carrera por el campeonato. Su etapa en Detroit ha dejado números y poco más, siendo apaleado por las lesiones de nuevo. 

Con la salida de Jarrett Allen se había quedado DeAndre a cargo de la posición de pívot y con Jeff Green y Nic Claxton ayudando a completar esa rotación. Griffin debe adaptarse a lo que proponga Steve Nash y al rol que quiera darle si desea que el camino hacia el Anillo sea algo llano y llevadero.