El Lointek Gernika es el equipo que llega más en precario en la parrilla de integrantes de la Copa de la Reina, con 19 días sin partidos y muy pocos entrenamientos. La espera desde Magariños se ha hecho eterna. Los problemas derivados del COVID y toda la incertidumbre que ha generado la pandemia en la mitad del equipo hacen que su estreno en el torneo de Valencia estuviera plagado de incógnitas. Alguna se subió al autobús casi en marcha y una tuvo que esperar a la noche y coger un avión, cuando todas estaban ya en la capital del Turia concentradas. Y aunque el inicio ha sido plagado de incertidumbre, algo lógico, las incógnitas las ha disipado con un partido de diez, como correspondía a su rango de favoritas ante el Ciudad de La Laguna. Eso sí, para ser competitivas tuvieron que cambiar su guion habitual, ese juego alegre y ritmo alto que promueve Mario López. Fueron a un baloncesto más calmado, con posesiones largas y rotaciones más abundantes, más, eso sí, la defensa férrea de costumbre. Ginzo y Bjorklund llevaron la voz cantante ante el cuadro insular, que se quedó muy corto en anotación y no tuvo ni una posibilidad.

Colhado, con problemas de salud, causó baja y cayó Cornelius por una torcedura de tobillo. De inicio, las canarias incidieron por dentro. Las forales mostraron muchos recursos y puntería en ataque, aunque se notaba la inactividad. Lo mejor que les podía pasar era estar acertadas de inicio, para subir en autoestima, y se fueron conectando gracias a la puntería desde la línea de 6,75, con un 7 de 11 de saque. Con 15-6, tuvo que parar ya la acción el técnico del Clarinos. Con 20-12 ya se veía que el marcador iba a estar bien nutrido y de la mano de Bjorklund y Roundtree, la ventaja fue creciendo sin freno. Las insulares estaban muy atascadas, fallaron mucho cerca del aro y la baja de Taylor se notó mucho. Claudio García paró el choque y soltó: "La que no quiera jugar, que se borre, puede irse". Como no hay gente, se escuchó hasta en Castellón.

La mejor noticia para las vascas es que tuvieron físico para aguantar los 40 minutos y las dos estrellas de la tarde, Bjorklunbd y Ginzo, jugaron 30 y 28, respectivamente, sin resentirse físicamente. El Lointek alternó defensas para ir marcando su ritmo y no desgastarse demasiado en persecuciones individuales. Todo estaba bajo control. El Ciudad de La Laguna intentó ajustar su defensa y plantó una zona, pero solo les sirvió para maquillar un poco un tanteo que llegó al 64-35 a falta de 11:18 tras un triple de Ginzo. Una vieja conocida como Ocete tomó la responsabilidad, mientras que Atkinson y Montenegro pudieron mostrar parte de su repertorio. El Gernika ya está en semifinales de la Copa de la Reina, el objetivo mínimo; ahora sí que toca sacar nota en semifinales.