NBA | BULLS 112 - NUGGETS 118

Los Nuggets sacan adelante un partido con trampa en Chicago

Denver sufre otra vez los efectos del coronavirus y se queda en cuadro también por los lesionados que arrastra. Esfuerzo extra de Nikola Jokic.

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Nuevo palazo para Denver. Por ahora, salvado como se puede. El coronavirus azota y no mira a quién. A los Nuggets les ha tocado con un plantel en parte lesionado, por lo que les deja en cuadro. El que fuera finalista por el Oeste de las eliminatorias por el título en la burbuja de Florida está sufriendo para llegar a un gran nivel a la parte crucial de la fase regular, con un Nikola Jokic a otro nivel pero sin que los demás puedan ayudarle como deberían. 

Facu Campazzo es uno de los que, en el momento de mayor regularidad y soportando el peso de las estrellas rivales en los finales de partido, ve cortado el ritmo. El jugador argentino fue uno de los ausentes por COVID en el partido de Chicago pese a que se le ha practicado PCR y ha dado negativo en dos ocasiones. Estará tres partidos, al menos, fuera. Los protocolos de contacto estrecho son rigurosos y por ello Facu no pudo ayudar a su equipo. Markus Howard, también fuera sin dar positivo. El otro base novato, R.J. Hampton, es el que ha hecho saltar las alarmas. El conjunto de Colorado ya tiene a Gary Harris, Paul Millsap y JaMychal Green, tres titulares, fuera por lesiones varias. Una tortura. 

A los Bulls no les bastó para, con esos ingredientes disponibles, hacer un plato gustoso. Zach LaVine, portentoso esta temporada, falló en un partido que podrían haber amarrado sencillamente. Falló el triple con el que hubiera apretado más la contienda con tres segundos en el reloj. Los Nuggets ya había hecho un buen trabajo contracorriente: todo Jokic, un triple de Murray y dos tiros libres de Barton después de llegar a los últimos tres minutos empatados en el electrónico. 

Muchos minutos para Nnaji y Cancar, que suelen estar muy atrás en la rotación. Lo que valió en un lado no lo hizo en el otro. Lo que absorbió Jokic dejó sin espacio a los jóvenes de la pintura de los Bulls, a Patrick Williams y sobre todo a un desaparecido Wendell Carter. El serbio fue el que decidió el partido con 39 puntos, 14 puntos, 9 asistencias y el aguante del pulso del partido durante casi todos los minutos. 

Los de Malone sabían que tenían que hacer el esfuerzo desde el inicio y luego capear el temporal. Plan seguido a rajatabla. Los primeros minutos, con sobreesfuerzos en las líneas de pase para salir a la carrera, se pusieron con diez de ventaja. La torrija con la que salieron los locales a jugar les valió el partido aunque luego se recompusieran. Los doce puntos del primer acto marcaron mucho. 

Los Bulls, con Coby White tirando del carro y Zach LaVine mucho mejor por fuera que por dentro, fueron comiéndole distancia a los Nuggets, que tuvieron en 10 minutos o más a sólo ocho jugadores. Thaddeus Young puso por delante a los de Chicago al principio del último cuarto. Jokic se hizo con el control y metió 17 puntos, con una acción de canasta y falta que fue clave, para ahuyentar la reacción. LaVine, primero con unos pasos, luego con una falta y al final con el triple errado, no tuvo el día.