Toronto Raptors vivió una noche de NBA extraña. Nick Nurse, su entrenador principal, y otros cinco miembros del staff técnico no pudieron sentarse en el banquillo ante Houston Rockets por los protocolos de seguridad sanitarios anti-COVID de la Liga norteamericana. Esas bajas dejaron una única solución: Sergio Scariolo.

El seleccionador nacional se convirtió en asistente de Nurse en 2018, cuando el de Iowa dio el paso de ayudante a entrenador principal en sustitución de Dwane Casey. Durante estos últimos tres años, el italiano se ha hecho cargo de múltiples tareas: elaboración del ataque, los equipos especiales, ayudar la estrategia de tiempo y anotación… Pero en Tampa (Florida) dio el salto más importante al dirigir a los Raptors en la victoria sobre Houston.

"Es una gran mente"

A la conclusión, recibió los elogios de algunos de los pilares de Toronto, como Fred VanVleet. “Evidentemente, Sergio ha sido un gran entrenador principal durante mucho tiempo. Lo ha estado haciendo a un alto nivel, por lo que conectar con él fue bastante sencillo”, señaló el base (The Athletic). “Su voz, su presencia… tenía grandes ideas sobre qué podíamos hacer, cosas que formaban el plan de juego. Es una gran mente. Parece que sabe hacer en cada momento del partido”.

También recibió el balón del partido en el vestuario de manos de Kyle Lowry, el buque insignia de los Raptors. El base, de todas formas, no estaba del todo de acuerdo con la elección de Scariolo: “Casi lloro cuando me dijeron que no podía ser entrenador-jugador”, dijo en broma a TSN. “Si hay un cheque… no haré el trabajo de nadie gratis”, dijo a su vez VanVleet ante esa posibilidad.