NBA

Ganadores y perdedores del megatraspaso de James Harden

¿A quién favorece y quién podría haberlo hecho mejor tras una operación mastodóntica? Nets y Rockets cambian radicalmente su futuro pero, ¿en qué sentido lo hacen?

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A vuelapluma, es difícil situar una operación desde el primer impacto, el cortísimo plazo. Más un megatraspaso que puede redefinir las jerarquías de la NBA y que implica además a cuatro franquicias y bazas de futuro cuyo desarrollo no conoceremos hasta dentro de unos años. Pero James Harden, eso es lo importante, ha dejado ya por fin atrás (por fin para él, claro) su tramo de ocho años en Houston Rockets, una era de récords y exhibiciones anotadoras cerrada sin un solo billete para las Finales, y va a formar un big three atómico en Brooklyn Nets con Kevin Durant (fueron finalistas juntos, y con Russell Westbrook, en los Thunder: ha llovido mucho) y, se supone (el base es una incógnita en movimiento), Kyrie Irving. Todo cambia en Brooklyn y Houston y otras dos franquicias se suben al carro para pescar en el remolino. El traspaso, finalmente, resultó así:

Los Nets se llevan a James Harden y la segunda ronda de 2024 de los Cavaliers (que, sorpresa, no era su objetivo en esta operación).

Los Rockets se quedan con Victor Oladipo, Dante Exum, Rodions Kurucs, tres primeras rondas no protegidas de los Nets (2022, 2024 y 2026), el derecho a intercambiar cuatro primeras rondas (sin protección también) con la franquicia de Brooklyn (2021, 2023, 2025, 2027) y la primera ronda de los Bucks en 20222.

Indiana Pacers se hace con Caris LeVert y una segunda de 2023 que llega desde Houston.

Y Cleveland (que entregó la primera de los Bucks que completó la operación) roba a Jarrett Allen y Taurean Prince, que parecían encaminados a Texas.

Y estos son, a priori, los ganadores y perdedores de una operación que debería tener un efecto radical sobre esta (ya de por sí compleja) temporada 2020-21 de la NBA:

GANADORES DEL TRASPASO

BROOKLYN NETS. Por ahora, ganadores. Si sale mal, será un desastre épico, monumental, grandioso, que será diseccionado durante años y agitado siempre como bandera blanca por quienes prefieren no asumir grandes riesgos en el mercado. Los Nets lo saben, menos de ocho años después del fracaso de la operación Kevin Garnett/Paul Pierce que puso el futuro de la franquicia en bancarrota. Pero, visto así, en menos de una década han acabado con tres de los mejores jugadores de la NBA, así que por qué no volver a intentarlo…

Es obvio: los Nets no tienen ahora mismo una rotación ni siquiera fiable ni completa. Solo faltaban que la tuvieran por detrás de semejante big three (Durant-Harden-Kyrie). Es difícil imaginar quién defenderá y reboteará; no saben siquiera si Kyrie regresará ni cuando lo hará en caso afirmativo y tienen un entrenador inexperto, Steve Nash, como encargado de que manejen el mismo balón (no habrá tres) jugadores totalmente acostumbrados a tener el control del juego. En ratios, como el último Harden de Houton Rockets, históricos. Así que sí: puede ser un desastre maravilloso y colosal, un perfecto salto al vacío.

Pero, la realidad a día de hoy es que los Nets han reunido un lote de talento ofensivo histórico. Y que tienen a dos escuderos de una capacidad anotadora increíble (Harden y Kyrie) al lado de uno de los mejores jugadores de siempre: Kevin Durant lo es, se quiera pensar lo que se quiera pensar de él (cada uno sabe…). Tienen lo que todos desean: el talento diferencial. Una tonelada de él, de hecho. Se supone que reharán su rotación, que pescarán antes del cierre de mercado y buscarán un pívot, otro alero… cosas. Tienen la parte prorrateada de la midlevel de pagador de impuesto (5,7 millones) y tienen en camino una disabled player exception (otros 5,7) que recibirán por la lesión de Dinwiddie, al que ahora sí se echará mucho de menos. Han perdido a LeVert y Allen, claro, pero han sumado a James Harden. Si no sale, había que intentarlo. Si sale bien… son los favoritos al anillo, al menos los mejor posicionados para derrocar a los Lakers. Estos, de hecho, dejaron la temporada pasada un perfecto ejemplo de que finalmente gana el talento... siempre que se consiga ordenar. Ese trabajo empieza ahora. Con un riesgo alto, pero con un techo simplemente inimaginable.

KOBY ALTMAN Y LOS CAVS. Como quien pasaba por allí, Altman, un general manager de solo 38 años que lidia con las ruinas del imperio LeBron en Ohio, se llevó a Jarrett Allen y solo soltó a Dante Exum (una promesa incapaz de vivir sin lesiones) y una primera ronda de los Bucks que no parece muy apetitosa con el futuro de Giannis Antetokoumpo asegurado en Wisconsin. Altman está siguiendo un excelente libreto de reconstrucción: draftear talento y dejar un rastro de pequeños y valiosos movimientos. Como hizo la temporada pasada para soltar a Jordan Clarkson y también para hacerse con Andre Drummond a cambio de nada, antes de esta para colarse en la operación Marc Gasol con los Lakers y llevarse un pick atado a JaVale McGee…

Los Cavs, que también se hacen con el útil Taurean Prince, tienen un núcleo joven interesante (Sexton, Garland, Porter, Okoro…), un bloque en el que Allen encaja por edad (22 años) y por un talento que estaba explotando definitivamente en los Nets. Un excelente pívot intimidador que va a más en ataque y que en principio será el futuro de la posición en Cleveland (es agente libre restringido a final de temporada) con Andre Drummond, que también saldrá al mercado, lejos de esa línea temporal de reconstrucción. Gran movimiento de Altman y otro paso firme de los Cavs. Poco a poco.

INDIANA PACERS. Victor Oladipo ha tenido líos con los Pacers en cuanto a su futuro. Acaba contrato y su continuidad estaba complicada y saldría (ha vuelto a jugar a muy buen nivel esta temporada) a precio de oro y con un riesgo alto por los problemas de lesiones del escolta. Desde ese punto de vista, una franquicia que siempre evita el impuesto de lujo y nunca tiene una masa salarial inflada, se quita un marrón y sustituye a Oladipo por Caris LeVert, que tiene un buen contrato para esta temporada y dos más (por unos manejables 36 millones). Y que es má joven: 26 años por 28.

LeVert ni tira ni defiende como la mejor versión de Oladipo, pero es un jugador con un pico de nivel que permite pensar que puede acabar siendo (según cómo les vaya a los dos) no mucho peor que él. Y a priori puede aprovechar la excelente cultura que está creando Nate Bjorkgren en unos Pacers en los que se suma a Sabonis, Brogdon, Turner, el ahora lesionado Warren… En la forma clásica de hacer las cosas de los Pacers, esta es una operación no llamativa pero sí interesante. Y con sentido.

PERDEDOR DEL TRASPASO

HOUSTON ROCKETS. Habrá muchos que no lo verán así, desde luego. Y los Rockets se han puesto tan claramente en manos de ese capital de draft que han obtenido (estaban pelados tras el traspaso por Russell Westbrook, además) que no sabremos cómo fue (lo revisaremos a menudo, seguro) este traspaso para ellos hasta dentro de unos años. Sí sabemos que han perdido a su jugador franquicia (y un talento generacional, por muy feo que haya sido su adiós) y que, aunque necesitaban acelerar las cosas tras los últimos líos de Harden y es cierto que casi nunca se obtiene un retorno justo por una gran estrella enfadada, parece poco lo que han obtenido finalmente. Sobre todo si realmente estaba a tiro Ben Simmons vía Philadelphia 76ers.

La sensación es que (eso quería Harden) los Rockets (con razón) se hartaron, querían poner ya lejos a La Barba y la opción de los Sixers seguía atascada. Como nunca han tenido un gran amor a los jugadores que ofrecían los Nets (LeVert, Allen, un Dinwiddie además lesionado para toda la temporada…) finalmente optaron por poner el foco en el capital de draft, así que todo dependerá ahora de cómo acaben siendo de altas las rondas que tienen o pueden cambiar con los Nets a medio y largo plazo. La que tienen de los Bucks para 2022 no debería (con Giannis por ahí) ser alta. Pero si en Brooklyn todo sale mal o si, simplemente, ese equipo es para bien o para mal (lo parece por edades y personalidades) de ventana estrecha (un par de años), entoncesHarden, Durant y Kyrie tienen los tres player options en el verano de 2022. Y de cómo vayan las cosas en Brooklyn dependerá si esto se acaba pareciendo en Texas, eso desean los Rockets, al legendario (por fallido) trade por Garnett y Pierce, el botín que impulsó la reconstrucción de los Celtics.

Pero mientras, apenas se han hecho con relleno (Kurucs, Exum) y un Oladipo que acaba contrato y saldrá muy caro en verano, que no se sabe si va o viene con las lesiones y que podría incluso ser traspasado otra vez antes del cierre del 25 de marzo. Los Rockets partían de una pieza joven importante como punto de partida en sus pretensiones, y Oladipo (acabará temporada con 29 años) no encaja en ese perfil. A partir de ahí, los devotos del capital de draft y las listas inacabables de picks pueden relamerse imaginando cómo podría salir todo bien en Houston. Pero el hecho es que ha acabado mal un ciclo, que hay un propietario (Tilman Fertitta) que solo parece interesado en ahorrar y que lo que llega no es especialmente ilusionante en el corto plazo. Veremos, claro, veremos.