Unicaja devora al Mornar Bar

Unicaja arrolló al Mornar Bar con una facilidad impensable en un partido donde su eficacia con el triple (16/25) y dominio colosal en el rebote (32 contra 15 de su oponente) decantaron la balanza de su lado. Un duelo que los de Casimiro acabaron haciendo muy sencillo y que sirvió para que jugadores como Carlos Suárez, Gerun y Nzosa acumulasen minutos de esos que suelen venir maravillosamente para mejorar en sensaciones. Darío Brizuela acabó con 16 puntos y 25 de valoración. Unicaja no tendrá problemas para asegurar una privilegiada posición en este grupo de Eurocup.

Cuesta trabajo entender cómo Unicaja pudo perder contra este equipo en Montenegro y por 90-80. Y más viendo un primer tiempo con pinta casi de calentamiento y estadísticas sorprendentes empezando por la de rebotes: 17 de Unicaja y dos (repetimos, ¡dos!) de un Mornar que no se fue al descanso con una paliza colosal porque, como buen equipo balcánico tradicional, vivía del triple (4/9). Los malagueños, con una defensa correcta, ahogaban a sus adversarios. Y por supuesto, los lanzamientos desde 6’75 con diez aciertos sobre 13, cuatro de ellos ejecutados por Francis Alonso. El 54-34 tras otro triplazo de Carlos Suárez, apuntaba a palizón.

Unicaja jugaba con seriedad y serenidad. Llegaron buenos minutos de Bouteille y a los 28’, Unicaja se colocó en un tremendo 73-43. 30 puntos de distancia sin mayores problemas. Lo de los rebotes de los balcánicos era una broma. Solo ocho en 30 minutos, por 26 de Unicaja. La recta final fue una bendita pachanga (para el equipo ganador, se entiende). El Mornar rezaba porque su pesadilla se acabase y al menos maquilló su debacle en la recta final reduciendo con 0-5 de parcial el 98-76 que marcó la máxima diferencia en todo el partido. Lo que empezaba con dudas terminó como masaje.