El nuevo Real Valladolid Baloncesto de Ronaldo Nazario ganó (89-87) su primer partido gracias a una remontada de 13 puntos en los últimos cinco minutos sustentada en Timmer y Nacho Martín. Con camisetas moradas, 1.000 espectadores y el himno del club blanquivioleta justo antes y después del encuentro, el equipo vallisoletano comenzó el camino hacia el objetivo a medio plazo, el ascenso a ACB, después de que la temporada pasada acabara como primero pero no pudiera ascender por cuestiones económicas.

Los orensanos tomaron ventaja enseguida merced a su acierto de cara a la canasta con los tres primeros tiros convertidos, dos de ellos con valor triple. El desacierto de Sergio de la Fuente, que fallo los cuatro tiros de tres que intentó, y la falta de intensidad defensiva pucelana fue clave para que los gallegos dominaran el primer cuarto 16-25. No comenzó mejor el equipo de Hugo López el segundo cuarto. Tardó cuatro minutos y medio en anotar y para entonces la ventaja gallega había crecido hasta los 14 puntos. Las defensas se ajustaron en ambas zonas y dos triples consecutivos de Nacho Martín estrecharon el resultado para terminar el primer tiempo con 34-36.

Una gran salida de los vallisoletanos volteó el marcador (44-37), obligando al técnico gallego a pedir tiempo muerto. El duelo se equilibró, de nuevo, por la falta de lucidez atacante local y el acierto visitante, cerrando el tercer cuarto con 61-66 y todo por decidir. Y en estos 10 últimos minutos salió mejor el conjunto orensano que con otro triple Dimitrijevic colocó el resultado e 63-73, a falta de ocho minutos, lo que obligó a Hugo López a pedir un tiempo para volver a meter a su equipo en el partido, la diferencia en el marcador ya era inalcanzable con un gran Úriz.

Y entonces pasó. Perdía el Real Valladolid por 13 puntos (69-82) a menos de cinco minutos, pero Pisuerga demostró que no se rinde nunca. Se confió Orense y mejoró, mucho, el acierto pucelano que con un triple, ahora sí, de Sergio de la Fuente, se puso por delante a falta de 41 segundos. 87-86, tras un parcial de 18-4. Con 87-87, Timmer anotó una bandeja para dar la victoria a su equipo a dos segundos, justo antes de que el tiro de Alejandro Mazaira, desde el centro del campo, tocara el aro, pero se saliera. Una victoria épica de los vallisoletanos que pasará a la historia por ser la primera del Real Valladolid Baloncesto.