LAKERS 105-NUGGETS 103 (2-0)

Épico: Anthony Davis salva a los Lakers con un triple sobre la bocina

El ala-pívot anota los 10 últimos puntos de los angelinos y coloca el 2-0 en la final del Oeste. Los Nuggets remotaron 16 puntos pero recibieron el mazazo en el último segundo.

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La aparente inmortalidad de Denver Nuggets parecía a punto de regresar a todos los titulares hasta que Anthony Davis cambió el guion. Los de las Rocosas ganaban 102-103 después de otro ejercicio admirable de resiliencia. Más allá de ajustes inteligentes y de cambios funcionales con respecto a su pésimo primer partido de la final del Oeste, volvieron a demostrar su enorme corazón, su capacidad para elevarse por encima de las circunstancias: remontaron (una historia que los Clippers conocen bien) 16 puntos en la segunda parte (de 70-54 a 86-87) y se posicionaron para el milagro después de convertir un 100-92 a falta de tres minutos en ese citado 102-103. Después de un parcial de 0-9 (2-11 total) y con los once puntos finales de un Nikola Jokic que siempre parece el más cansado… pero que suele ser el último en morir. Tal vez porque es el que menos depende de las piernas para jugar.

Los Nuggets habían cumplido con su parte en otro capítulo de su tremenda historia en estos playoffs… pero Anthony Davis cambió el guion. En el último ataque, Caruso falló un triple frontal liberado y Murray estorbó lo suficiente en el rebote de ataque de Danny Green. El saque de banda de los angelinos acabó en las manos de Davis, que desde el lateral izquierdo anotó un precioso triple sobre la bocina y por encima del brazo inacabable de Jokic. Suspendido en el aire, con la estética de un alero (el privilegio de un jugador superdotado), sumó una canasta para el recuerdo y sentenció el partido. No solo eso: fue el único jugador de los Lakers que anotó desde el 95-89 a 5:40 del final. Solo 10 puntos, todos suyos; Dos triples, dos tiros libres y una canasta en penetración a falta de 26 segundos (102-101), la previa al triple de poster que vale un 2-0 y veremos cuánto del billete a las Finales.

Porque por un lado es imposible no pensar que la fe de los Nuggets pudo morir con ese tiro. Que sus piernas empezarán a darse cuenta de que han ido más allá del límite con este terrible golpe de realidad que les quitó el 1-1 de las manos. Literalmente. Llevan 16 partidos en estos playoffs, han remontado dos veces un 3-1 en contra y ahora están 2-0 contra el martillo pilón de los Lakers. Puede que todo haya llegado hasta aquí… pero puede que no. Los de Michael Malone han probado su capacidad para responder a estos golpes psicológicos, para regresar a por otra batalla, y otra y otra… Y, bien mirado, colapsaron a los Lakers a base de cerrar la pintura. Sin las autopistas del primer partido hacia el aro, su rival se ofuscó. Con LeBron James irreconocible en el último cuarto (una canasta, dos pérdidas), el 1-1 estuvo en el bolsillo… hasta el mismísimo último segundo. Mañana martes (03:00 hora española) sabremos si los Nuggets han encontrado un camino y todavía hay serie (también tienen que encontrar fuerzas) o si en ese triple majestuoso de Anthony Davis quedó sellado su destino. No conviene, por si acaso, apostar mucho dinero contra ellos…

Pero tampoco contra los Lakers, claro. Con el vaso medio vacío, encontraron problemas muy reales (muy, muy) y un plan legítimo de su rival para hacerles daño. Pero bien mirado, claro, ganaron en un día en el que iban a perder. Y eso en playoffs no tiene precio: el 2-0 les deja a dos pasos de su primeras Finales en una década. Y obliga a los Nuggets a ganar cuatro partidos de cinco a un equipo con LeBron James y Anthony Davis. Es la sexta victoria consecutiva para los Lakers desde que perdieron el primer partido de semifinales contra los Rockets y muchos auguraron problemas muy serios. Es un 10-2 total en playoffs. Y, un dato que impresiona y que estuvo a punto de saltar esta vez por los aires, es un 51-0 en toda la temporada cuando llegan por delante al inicio del último cuarto.

Los Nuggets se cerraron bajo su aro y recibieron, casi una cruel ironía, cinco triples en el último cuarto (incluidos los dos de Anthony Davis en los últimos minutos). Necesitaron casi 40 minutos de Jokic (30 puntos, 9 asistencias, un final heroico) y más de 44 de Murray (25 puntos). Desde el banquillo aportó Porter Jr y apareció en el último cuarto Dozier, un invitado poco esperado… Sintieron que las cosas viraban hacia sus intereses después de un par de remontadas en la segunda parte, pero perdieron. Fueron mucho mejores que en el primer partido y demostraron que siempre tienen más energía de la que les suponemos: pero perdieron.

Los Lakers pueden pensar que no debieron sufrir tanto a partir de ese +16. Pero esto es la final del Oeste, no un paseo por Disney World. Se supone que no tiene que ser fácil. Perdieron muchos balones, quizá se relajaron en un pésimo tercer cuarto e hicieron las suficientes cosas mal como para sentir que todo sigue bajo su control. LeBron (26+11+4) difícilmente estará tan obtuso otra vez en el momento decisivo, pero Davis (31+9) solventó una papeleta muy seria en un partido en el que nadie más estuvo especialmente bien más allá del pívot y de los minutos de máxima intensidad de Caruso. Es difícil no pensar que más frescos, con este colchón del 2-0 y dos súper estrellas estruendosas, los Lakers no están muy cerca de las Finales de la NBA. Pero este partido demostró que, si tienen fuerzas, los Nuggets van a seguir peleando y tienen argumentos para hacerlo. La cuestión, además, es que siempre parecen tener fuerzas. Veremos mañana martes, cuando vuelvan a salir a jugar entre la espada y la pared. La historia de su vida.