El Gipuzkoa Basket no levanta cabeza. Tras sufrir mil penurias para formalizar su inscripción en la ACB, con un auto judicial por medio, y conformar la plantilla en tiempo récord, se ha visto obligado a suspender el encuentro amistoso del viernes en Pau ante el equipo de esta ciudad, un clásico en Europa, tras detectar dos positivos en coronavirus dentro de su cuerpo técnico. Los dos afectados se encuentran aislados y el club deberá seguir los pasos marcados por el protocolo para regresar a los entrenamientos. Los pupilos de Nicola se han medido hasta ahora en pretemporada con el Casademont Zaragoza en la capital mañana, con amplia derrota por 57-77; y también cayeron ante el Obradoiro, en Santiago, esta vez con prórroga, por 86-92.

El conjunto guipuzcoano ya trabajaba casi al completo después de que hoy se incorporase Brandone Francis. Marcelo Nicola únicamente estaba pendiente de la llegada de Johny Dee. Solo está lesionado Mikel Motos. Hay más inconvenientes: a día de hoy no sabe en qué pista se estrenará en Liga al estar Illunbe de obras y ante la posible negativa de la ACB a jugar en el pequeño Gasca, aunque no va a haber público.

La opción de Miribilla es inviable por haber un concierto el día 18 y el Buesa Arena estará ocupado por el Baskonia el domingo a las 18:30 horas y hay que reservar la tarde del día anterior para que el visitante del recinto vitoriano, el Valencia, pueda realizar una sesión de tiro. Sería cuestión de convencer a éste de que lo hiciera por la mañana. Y si no, habría que mirar a Burgos, que juega la segunda jornada en su pista. Los guipuzcoanos pidieron empezar fuera pero el sorteo les ha deparado dos partidos en casa seguidos (en las jornadas uno y tres, pues en la segunda descansan), para el regreso a la ACB, ante el Madrid y el Burgos.