La luz ámbar ha pasado a ser roja. Los Rockets se temen lo peor. En una información adelantada por Jonathan Feigen, Russell Westbrook no podrá arrancar los playoffs ante los Thunder y su regreso a las canchas no tiene fecha. El californiano acabó con molestias el partido del pasado martes, en el que los Rockets se enfrentaron a los Spurs y en el que terminaron cediendo el triunfo por 123-105.

El jugador aseguró al cuerpo médico del club que las molestias remitirían, que estaría disponible para jugar ante los Sixers en la madrugada del jueves al viernes y que los entrenamientos del fin de semana le permitirían estar recuperado al 100% para el inicio de los playoffs.

Sin embargo, las molestias no cesaron al día siguiente y el jugador tuvo que ser sometido a una resonancia magnética que desvelaba que el base californiano sufría una distensión muscular en el cuádriceps de su pierna derecha. Ante el resultado de las pruebas, D'Antoni decidió prescindir del jugador en los dos últimos partidos de la fase regular para tratar de recuperar al jugador para la primera ronda de playoffs.

El jugador se someterá en los próximos días a nuevas pruebas, pero desde los Rockets no son optimistas. La lesión muscular que padece es una lesión compleja y más aún en jugadores con el poderío muscular que Westbrook tiene, el cual base precisamente su juego en eso, en su enorme poderío físico y gran arrancada. El club queda a la expectativa pero descarta a Westbrook para arrancar la serie.

De esta forma, los Rockets pierden a un Westbrook que ya se incorporó tarde a los entrenamientos en la burbuja después de dar positivo en coronavirus el pasado 13 de julio. El base californiano no arrancará la serie contra el que había sido su único equipo en su trayectoria en la NBA, lo que le convertía en la eliminatoria del morbo. Hasta el momento. Westbrook era el segundo jugador con mayor aportación tanto en puntos, como en rebotes y asistencias. El internacional estadounidense promedia 27,2 puntos, 7,9 rebotes y 7 asistencias por partido.