Era uno de los partidos más esperados en la burbuja… pero apenas hubo partido: los Cetlics arrollaron a los Raptors (100-122) y presumieron de candidatura en el Este. Lo hicieron, de hecho, en lo que puede ser (debería ser si se apura) la previa de una tremenda serie en semifinales de Conferencia. Segundos los Raptors y terceros los Celtics sin posibilidad de que eso cambie, sus caminos parecen destinados a cruzarse en unos playoffs que arrancan en ocho días.

El +22 final apenas explica hasta qué punto los de Brad Stevens zarandearon a un desdibujado campeón (49-19 ahora por el 46-23 de su rival): al final del tercer cuarto el marcador era 96-57 y por ahí unos pasaron con 13 triples (13/35) y otros con 4 (4/27). Sería injusto calibrar por este partido las opciones, en una serie a siete encuentros, de los canadienses, que ni comparecieron ni tuvieron su habitual (y generalmente garantizada) intensidad y cohesión colectiva. Pero sí parece claro que la fórmula de los Celtics, con muchos aleros, mucho tiro y mucha creación de juego desde casi cualquier parte de la pista, parece ideal para minimizar la presión con la que los Raptors desmontan a casi todos los demás rivales. O también podría decirse, y sería justo, que en su pico de forma actual los Celtics son un muy mal rival para cualquiera. Y así es… y pueden mejorar, porque están recuperando poco a poco la normalidad de Kemba Walker, que ha arrastrado problemas de rodilla en el primer tramo del reinicio.

El base rematará un rol fundamental en un equipo difícil de leer y parar por el impacto de sus tres aleros: Jayson Tatum (esta vez 17 puntos en tres cuartos, mientras hubo partido) y dos que están en un momento sensacional, Gordon Hayward (en su techo como jugador de los Celtics) y un Jaylen Brown que está (20 puntos también en tres parciales) adquiriendo una dimensión completamente nueva como jugador de ataque. Con Daniel Theis y ahora un poco de Rob Williams (no jugó Kanter) en la posición de pívot, los Celtics van a ser un equipo muy, muy difícil de batir en playoffs.

Los Raptors también, a pesar de esta derrota. Pero eso obvio que es un equipo que no tiene el talento para permitirse desconexiones, y menos contra un rival como estos Celtics lanzados. Su ataque en cinco contra cinco sufre, sus tiradores desaparecen en tramos largos y Pascal Siakam no ha estado a su mejor nivel en casi ningún momento de este regreso a la competición. Son peligros que asoman para un campeón que, eso que quede claro, será mucho más difícil de eliminar en playoffs de lo que pareció en esta noche negra contra unos Celtics hambrientos… y extremadamente peligrosos.

Los Sixers ganan sin Ben Simmons

Orlando Magic dominó a los Sixers durante los tres primeros cuartos pero acabó perdiendo (108-101). En los minutos decisivos, los de Steve Clifford fallaron demasiados tiros y tuvieron muchos problemas para cerrar el rebote en su aro. Estarán en playoffs, pero llegan (como los Nets) poco más que como invitados sin mucho que decir en la fiesta. Habrá que ver el rol de su rival, unos Sixers que han comenzado ya la vida sin Ben Simmons, que tiene una lesión fea de rodilla y sobre cuyo regreso no hay muchas noticias. Pero ahora eso no es muy malo... pero tampoco es bueno.

Al Horford fue titular y formó (21 puntos, 9 rebotes) un frontcourt tremendo con Tobias Harris (23+15) y un Joel Embiid que anotó 16 puntos en la segunda parte (23 en total con 13 rebotes). En los Magic, como casi siempre puntos de Vucevic (21 con 12 rebotes) y Fournier (22) y dirección de Augustin (16+5 asistencias).