El Casademont Zaragoza sentenció al descanso el partido que le enfrentó al UCAM Murcia y el resto del tiempo se dedicó a sestear y a intentar controlar el juego para no desgastarse con miras a la importante cita de Liga de Campeones del próximo martes en la pista del Happy Casa Brindisi italiano.

El equipo maño llegó a atesorar una renta máxima de 22 puntos (53-31) mediado el tercer cuarto y, a partir de ahí, pesó más guardar fuerzas para la cita italiana en la que se jugará el primer puesto del grupo D y eso hizo que su oponente maquillase el resultado.

El Casademont Zaragoza volvió a evidenciar que ni siquiera los problemas de lesiones que vienen sufriendo durante toda temporada son capaces de frenar su gran estado de forma tanto en la Liga de Campeones como en la competición española.

Cuando el conjunto "rojillo" se emplea con intensidad en defensa a los rivales se les baja la persiana y sufren lo indecible para poder anotar, algo que experimentó el UCAM en sus propias carnes en los dos primeros cuartos en los que acabó con 13 puntos en cada uno de ellos.

El equipo aragonés, con defensa avasalladora y una ataque fluido con un ágil movimiento de balón se marchó con facilidad en el marcador mediado el primer cuarto (13-4) ante un rival flojo atrás y muy desacertado en los lanzamientos (25 %).

A partir de ahí el equipo de Sito Alonso incrementó su intensidad defensiva, lo que consiguió frenar la sangría porque el Casademont Zaragoza no tuvo la misma circulación cómoda y eso, unido a constantes interrupciones de faltas del UCAM buscando cortar el ritmo local, le hizo recuperar terreno en un primer momento aunque posteriormente se demostró que fue un espejismo.

Superados estos momentos de sorpresa por el juego al límite del reglamento de los visitantes, el equipo de Porfirio Fisac recuperó la concentración, la agilidad y la fluidez metiendo una quinta marcha y, de nuevo con una defensa abrumadoramente superior al ataque del UCAM Murcia, pasó por encima de éste hasta el punto de llegar a la media parte con la mayor ventaja hasta ese momento del encuentro, 21 puntos (47-26).

Con semejante diferencia llegó lo que parecía lógico, la relajación de los propietarios del terreno que permitieron que el equipo murciano recortase diferencias aunque los aragoneses no dejaron en ningún momento que la situación se descontrolara y acabaron ganando con comodidad.