Los Rockets jugaron bien, atacaron con la eficacia que han ido adquiriendo a medida que ha ido avanzando diciembre (después de un inicio de temporada bastante desordenado) y tuvieron por primera vez a James Harden y Russell Westbrook en al menos 30 puntos (77 entre los dos: 47 y 30). Y ganaron, claro (125-139), con una cascada de puntos contra unos Suns que empujaron hasta los últimos minutos y que fueron, básicamente, inferiores a uno de los equipos en mejor momento de toda la NBA.

Con un excelente ambiente en las gradas y tras un duelo muy divertido, se podría decir que los Suns no tienen mucho motivo para estar enfurruñados. Pero lo están: llevan, por unas cosas u otras, seis derrotas seguidas, y se caen de la zona playoffs de una forma que empieza a parecer irremediable: 11-18, 6-11 en su pista. Aunque Monty Williams apartó de ahí el foco y aseguró que todo el mundo tiene bajas, lo cierto es que los de Arizona no tienen nunca su rotación más o menos completa y estable. Esta vez volvió a ser baja DeAndre Ayton, frenado por un esguince de tobillo nada más regresar tras su sanción de 25 partidos, y tampoco jugó por enfermedad un Rubio que tuvo problemas de espalda cuando mejor iban las cosas para su equipo y que ya se ha perdido seis partidos. Así las cosas, no está mal dar la cara ante el tren de alta velocidad que son ahora mismo los Rockets. Pero los Suns se habían armado de ilusión en las primeras semanas de temporada. Y ahora, aunque haya razones obvias y relacionadas con la mala suerte, las cosas no van bien.

En Houston, sí. Russell Westbrook y James Harden llevan algunos partidos pareciendo una muy buena pareja en pista, con la energía incesante del primero y la lluvia constante de puntos del segundo. El base ha llegado a 30 puntos en cuatro de los últimos seis partidos después de no hacerlo en los 20 primeros. Acabó en 30+4+10 sin abusar de malos tiros (1/2 en triples). Y el escolta volvió a jugar un partido sensacional, con un puñado de esas canastas que rompen los marcadores y el ánimo de los rivales. Imposible de defender, anotó cuatro triples casi seguidos en un parcial de 9-21 final y en unos tres minutos para acabar con los Suns, que estaban todavía 107-115 gracias a ocho puntos de Booker (19 y 9 asistencias) para abrir el último cuarto. Harden había anotado 18 en el primer cuarto y acabó con 47, 6 rebotes y 7 asistencias y un 9/19 en triples para unos Rockets que anotaron el 59% de sus tiros y que estuvieron siempre un paso por delante de su rival en un partido dominado por los ataques. Su ecosistema ideal. Mermados, los Suns se aferraron a Oubre (26 puntos) y el trabajo de Baynes (13 y 5 rebotes), con Okobo (17 puntos) y Ty Jerome (15) encargándose de la dirección.