NBA | MAVS 118 - HEAT 122

Palo doble para los Mavs: Doncic se lesiona y caen en la prórroga

El esloveno se torció el tobillo al pisar el pie de un rival cuando llevaba sólo un minuto y medio en pista. No volvió a jugar. Los Mavs remontan 24 puntos para morir en la orilla.

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No fue la noche ideal la que vivieron en Dallas. Fue uno de esos partidos que deja un sabor de boca muy amargo. Empezó fatal, luego dio esperanzas, más tarde pareció arreglarse y al final volvió a dar otro golpe para mandar a casa a la parroquia texana con cara de tristeza. Todo comenzó cuando apenas se había jugado un minuto y medio de partido. Luka Doncic hizo una penetración y cuando iba a dar la asistencia a Powell, que le había acompañado en su entrada a canasta, apoyó su pie sobre el de Kendrick Nunn. La imagen en televisión no pudo ser más preocupante. El tobillo del esloveno se dobló por completo, poniendo todo el peso de su cuerpo sobre la articulación en una posición completamente antinatural.

Los Mavs aguantaban la respiración. La lesión de tobillo era evidente y faltaba ver la gravedad de la misma. Doncic, tras unos minutos sentado en el suelo mientras le miraban los médicos, se fue por su propio pie, el izquierdo en este caso. Se marchó camino del vestuario a la pata coja y ya no volvió a aparecer. Según Tim McMahon, periodista de ESPN que cubre la información de los Mavericks, las primeras pruebas han descartado una rotura. El ex del Real Madrid tendría un esguince y ahora faltaría saber cuál es la gravedad del mismo.

Con esta lesión se acaba su racha de partidos con 20+5+5 (la cierra en 20 encuentro, la tercera mayor de la historia). Y llega en un momento muy delicado para los de Dallas, que anoche comenzaban una serie de enfrentamientos contra los cinco primeros del Este. El estreno no pudo acabar peor. Con el equipo aún grogui ante lo que acababa de pasar, los Heat aprovecharon para tomar una ventaja que a mediados del segundo cuarto llegó a ser de 24 puntos. Meyes Leonard por dentro y Tyler Herro por fuera machacaban una y otra vez a un equipo que parecía haber tirado la toalla en el primer tiempo.

Pero si algo vienen demostrando los Mavs esta temporada es que tienen profundidad. Que hay muchos jugadores capaces de aportar. Y desde anoche también sabemos que hay unos cuantos que pueden tomar la responsabilidad si falta Luka Doncic. Con buen movimiento de balón, una de las señas de identidad del equipo, y con una fe inquebrantable, los locales levantaron un partido que estaba muerto hasta ponerse por delante a falta de algo más de cuatro minutos por primera vez en toda la noche. Con un banquillo que sigue dando alegrías, esta vez representado por tres hombres: Maxi Kleber, Jalen Brunson y JJ Barea. El primero (17 puntos) metió la canasta que ponía a su equipo por encima. Los segundos, con la difícil tarea de suplir a Doncic, se echaron al equipo a la espalda y por momentos nadie echó de menos al esloveno.

Brunson (18+7+8), que llegó junto al ex del Madrid en el draft del año pasado, apunta a que va a dar grandes cosas a su equipo. Y Barea (12 y 5 asistencias) es un veterano que lejos de estar de vuelta de todo y a pesar de la gravísima lesión que sufrió hace un año ha vuelto con ganas de no marcharse. Ellos fueron el apoyo perfecto para Porzingis (22+14) y Hardaway Jr. (28+5). Éste último se ha soltado definitivamente y se ha convertido en el anotador que necesitaban en Dallas. Pero los Heat, que siguen sin contar con Goran Dragic y que jugaban en back-to-back tras caer en casa con los Lakers, supieron jugar mejor al final del último cuarto y al final de la prórroga.

Jimmy Butler ya pudo ahorrar el tiempo extra con un intento de triple fallado. Después, en los cinco minutos finales, en los que los locales empezaron mucho mejor y tuvieron una ventaja de cuatro puntos, los visitantes volvieron a reaccionar a tiempo para llevarse el partido. Con un Butler esta vez sí decisivo (27+4+7) y un Adebayo monumental (18+11+10), que primero bailó a Porzingis y después cogió un rebote en ataque vital que acabó dejando a su equipo tres arriba y obligando a Brunson a jugársela en la línea de tres en la última posesión de Dallas. El balón no entró y la victoria se fue para Miami.