Milwaukee Bucks llegaba al partido de esta noche con el mejor récord de la Liga después de ganar de forma consecutiva sus últimos 13 enfrentamientos. El encuentro ante los Clippers estaba marcado en rojo en lo que se suponía que podía ser un choque de colosos con opciones reales de que los locales rompiesen su racha de victorias. Pues nada más lejos de la realidad. Lo que pasó fue de no creer. Los visitantes parecieron un juguete roto en manos de un equipo al que ahora mismo no parece haber forma de meterle mano por ningún lado.

El primer cuarto ya mostró claramente que los que esperaban un duelo de poder a poder se iban a quedar con las ganas. 15-30 acabó ese periodo con Giannis haciendo estragos en la zona rival desde el primer minuto de partido y con los Clippers completamente deslavazados. Después hubo una pequeña reacción visitante que consiguió dejar el marcador a 9 puntos de distancia al descanso. Fueron los únicos minutos en los que los Clippers se parecieron (lejanamente) a lo que se puede esperar de ellos. Kawhi Leonard (17+5+4, máximo anotador de los suyos) intentó tirar de los suyos e incluso posterizó a Brook López en un highlight impresionante. Pero la resistencia angelina duró lo que tardó en acabarse el descanso. A la vuelta del vestuario fue como si empezase el partido otra vez. No porque volviesen al 0-0 inicial. A lo que se regresó fue al desequilibrio total entre lo que hacían unos y otros, hasta el punto de que los Bucks ganaron el tercer parcial por 16 puntos y aquello se parecía más a una masacre que a un duelo entre dos contendientes del mismo nivel.

En todo ese tiempo hubo un protagonista que lo eclipsaba todo cada vez que el balón caía en sus manos. Giannis Antetokounmpo está jugando mejor aún de lo que ya lo hizo el año pasado y los Clippers lo sufrieron de manera especial. 27+11+4 para el griego en un sistema en el que se encuentra a las mil maravillas y que todos sus compañeros parecen tener asimilado hasta el punto de ejecutarlo a la perfección. Y claro, él se beneficia y no para de hacer números nunca vistos en la historia de la NBA. Este ha sido su sexto partido de la temporada en el que llega a 25 puntos y 10 rebotes jugando menos de 30 minutos, algo que no había hecho nadie nunca. De hecho, lleva cuatro encuentro consecutivos con más de 25 puntos en menos de 30 minutos. Algo también inédito para un jugador que ya antes de enfrentarse a los Clippers se había convertido en el primero de la historia en llegar a los 9.000 puntos, 4.000 rebotes y 2.000 asistencias antes de cumplir los 25 años.

El griego justo celebró su primer cuarto de siglo anoche y vaya cumpleaños tuvo. Los invitados, por cierto, también pusieron de su parte. A finales del tercer cuarto y principios del último se entregaron a la fiesta local con una serie de jugadas sonrojantes. Incluso Paul George regaló un balón en saque de fondo en una muestra de falta de concentración absoluta. A 9:25 del final Doc Rivers sentó a todos sus titulares mostrando bandera blanca e intentando que el rival se apiadase de ellos. Y menos mal que lo hicieron en los últimos minutos, porque poco antes llegaron a ir ganando por 41 puntos. Al final fueron 28 y los Bucks ya tienen la cuarta mejor diferencia de puntos a favor en los primeros 23 partidos de una temporada NBA. Los tres equipos que le superan llegaron a las Finales y dos salieron campeones (Knicks en 1970 y Warriors en 2017).