Los Blazers necesitan agitar la coctelera para mejorar su rendimiento, muy por debajo hasta el momento de lo que se espera de un finalista de conferencia. Para eso han fichado a Carmelo Anthony, para eso han confiado en un jugador de sobrada calidad pero al que le falta aceptar un rol más secundario si quiere sobrevivir en esta Liga. Es un revulsivo y Nueva Orleans pudo ver su regreso como jugador a una cancha de baloncesto un año después de que se quedara sin equipo. Portland, eso sí, se fue sin premio: otra derrota, esta vez por 115-104, ante unos Pelicans que se van levantando muy poco a poco del mazazo de no contar con su nueva estrella, Zion. 

Carmelo Anthony se unió a la expedición de los Blazers ayer mismo en Luisiana y, como avanzaba su nuevo entrenador, sería titular y rondaría los 20 minutos de juego en la posición de ala-pívot, lo que claramente es una declaración de intenciones. El sacrificado fue Anthony Tolliver. Así Melo pudo ofrecer a Stotts una nueva herramienta a la hora de querer practicar el small-ball. Acabó con 4/14 en tiros para 10 puntos, con un buen repunte al principio y estando algo más fallón al final.

Con Lillard fuera por unas molestias en la espalda, fue el momento de ver a Anfernee Simons con algo más de protagonismo. El exterior está siendo de lo poco destacado en su equipo esta temporada y aquí se pudo mostrar algo más como creador de juego. En la primera parte funcionó, al igual que Anthony. Los visitantes resistían la buena fluidez que demostraban los Pels en las transiciones con ataques estáticos bien construidos, salvaron la papeleta hasta el descanso.

¿Cómo se despegaron los Pelicans? Gracias a un novato europeo, el italiano Nicolò Melli. Los de Gentry apretaron más en defensa y Melli ejerció de eje pivotal del ataque, cosa que quizás pilló desprevenida a los de Oregón. Esa diferencia de trece puntos conseguida antes de que se acabara el tercer periodo, imposible de rebajar. 

Los Blazers han ganado sólo el 33% en sus partidos, cinco de quince, con sólo dos victorias en los últimos diez y cuatro derrotas en los últimos cinco. Un panorama desolador -dado de dónde vienen- al que se enfrenta Carmelo Anthony, aunque la operación está hecha y la esperanza lleva su nombre.