La Junta General de Accionistas del Movistar Estudiantes aprobó la semana pasada una ampliación de capital por casi 5 millones de euros (4,9) mediante la emisión de 833.333 nuevas acciones, una cantidad que representa el 64% del capital del club. Es la segunda operación de este tipo que realizan los colegiales en poco más de un año: la primera fue en octubre de 2018 por un valor de un millón. El motivo de esta nueva búsqueda de financiación exterior es simple, pero alarmante: la situación económica del club es límite. "Tenemos una deuda histórica importante que se ha reducido a la mitad en estas últimas temporadas (de 14 a 7 millones), pero cada año tenemos que pagar 1,4 y eso es inviable", asegura Fernando Galindo, presidente del conjunto ramireño, a AS. "Esta nueva operación es imprescindible para hacerla frente. También para mejorar nuestros resultados deportivos porque eso pasa por aumentar presupuestariamente toda la institución: equipo ACB, femenino, cantera... Manteniendo, eso sí, nuestras señas de identidad, las causas nobles que abrazamos siempre".

Esos cinco millones que el Estudiantes pretende obtener coinciden con el total de crédito privilegiado (prioridad de pago sobre el resto) que le resta al club por abonar a Hacienda, según Palco23. Los otros dos millones restantes son deuda subordinada y ordinaria del concurso de acreedores al que se acogió en marzo de 2010 y del que salió en 2011, cuando se negoció el primer calendario de pagos con la Agencia Tributaria. Este se cumplió hasta 2014. Dos años después, ambas partes firmaron un nuevo convenio hasta 2023 por un montante anual de 1,4 millones.

"Tenemos absolutamente garantizado acabar la presente temporada, pero hay dificultades para continuar en las sucesivas. Requerimos estabilidad económica e insuflar recursos: esos cinco millones nos darían una gran estabilidad para afrontar las próximas temporadas con más garantías", continúa Galindo, que remarca: "La deuda histórica nos genera muchas dificultades, pero no estamos en causa de disolución".

'Vía Joventut'

Una de las posibles salidas a esta delicada situación es la entrada de un inversor externo. La llamada vía Joventut. Para evitar su disolución hace dos cursos, la Penya anunció la entrada como socio mayoritario de Scranton Enterprises, participada por la familia Grifols, a través de una ampliación de capital, pero sin cambiar a los gestores del club. "No excluimos ninguna solución, hemos hecho prospecciones y trabajamos en ello. De hecho, hay personas que estarían interesadas en ayudarnos", subraya Galindo. "Puede venir un socio de referencia que considere que una institución como esta debe tener garantizada su continuidad en los términos en los que trabajamos: educando y formando jugadores. Son los valores que nos gustaría que la gente que venga considere como ejemplo y apueste por su continuidad".

"Confiamos en sacar la situación adelante: tenemos una marca de prestigio que queremos acompañar con buenos resultados deportivos como ocurría en temporadas lejanas... aunque puede que de allí venga esta deuda histórica", concluye el máximo mandatario del Estudiantes, que prepara un manifiesto con la firma de empresarios, deportistas, intelectuales... para solicitar más apoyo de las instituciones públicas: "Somos uno de los pocos en la Liga Endesa que no tenemos esa clase de ayudas y eso no puede ser. Se nos hace muy difícil".