NBA

Tacko Fall, un fenómeno de 2,26... que puede quedarse sin equipo

El senegalés pelea por el último puesto en la plantilla de los Celtics. En su contra, la rotación interior verde y la energía de Javonte Green.

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Los Celtics ganaron a los Magic (75-100) y están 2-0 en una pretemporada de extraño optimismo. Fue tal la decepción del curso pasado, tan feas las sensaciones de un equipo que comenzó como aspirante al anillo y no se sabe dónde terminó, que en Boston se han aplicado aquello de que el dinero no da la felicidad, o algo similar, y afrontan con una sonrisa la temporada a pesar de que han bajado un escalón, a priori, en lo deportivo, tras las salidas de Kyrie Irving y Al Horford que abortaron cualquier intento de ir a por un Anthony Davis que acabó en los Lakers. La reconstrucción que había llevado a cabo, entre halagos y acumulación de assets, Danny Ainge, se fue al traste. Pero ahora gusta, y eso ya es mucho, la reconstrucción de la reconstrucción, la confección de un equipo que vuelva a jugar con química e intensidad y con el que pueda trabajar más a gusto Brad Stevens.

El gran fichaje es Kemba Walker, del que se espera una producción numérica (siendo Kyrie en pureza un jugador muy superior) no muy distinta a la de un Irving que no dejó ningún tipo de buen recuerdo tras dos años en Boston. A partir del nuevo jugador franquicia, Stevens quiere jugar con Jaylen Brown, Jayson Tatum y Gordon Hayward entre el dos y el cuatro, con su concepto habitual de posiciones intercambiables, y con un pívot en el que, ya se sabe, gustan las bazas de small ball y los defensores capaces de ajustar y cambiar para quedarse con los exteriores. Por lo que se ha visto en pretemporada, ese es el nuevo/viejo esquema (con Marcus Smart como primer relevo en la rotación exterior) para un equipo con dudas en el puesto de pívot tras la salida de Horford y también la de Aaron Baynes, que marchó a Phoenix. Enes Kanter es un mediocre (como mucho) defensor y por ahora tampoco está convenciendo en lo que son sus puntos fuertes (rebote, puntos en la zona...), así que la prensa de Massachusetts cree que el que puede iniciar la temporada como center titular es Daniel Theis. El alemán es mucho más intenso y versátil que Kanter en defensa y Stevens ve con buenos ojos no tener que defender el pick and roll con un eje Kemba-Kanter que podría ser laminado casi por cualquier rival.

Así que los Celtics tienen a Theis y Kanter, y tienen al francés Vincent Poirier (un rookie de 25 años) y a Robert Williams III (27 del draft en 2018), un interior elástico pero de mala cabeza en el que todavía tienen esperanzas (a ver hasta cuándo) en Boston. Y tienen a Grant Williams, número 22 del último draft y un interior pequeño (no llega a dos metros) pero muy inteligente e intenso en defensa. Para muchos un robo en el draft y un jugador idóneo para la versión más moderna del estilo Stevens, quintetos pequeños con máxima presión en los ajustes y cambios defensivos, un rol en el que también puede tener minutos de obrero Semi Ojeleye (también por debajo de dos metros).

Son, por lo tanto, tres pívots puros (Kanter, Poirier y Robert Williams), otro que ejerce ese rol (Theis) y dos que pueden hacerlo en versión ultra small ball (Grant Williams, Ojeleye). Variedad y profundidad que deja una pregunta obvia: ¿qué pasa con Tacko Fall?

Fall, ya se sabe, es un senegalés de 2,26 y 23 años que se ganó su lugar en la NBA (y da la sensación de que puede tenerlo) en cuatro en los que fue constantemente a más en UCF, donde disputó el March Madness y puso contra las cuerdas a la Duke de Zion Williamson (y Barrett, y Reddish...). Tacko es una sensación entre los aficionados, que nunca han visto a un jugador así, y un tipo muy (MUY) querido en el vestuario verde, muy apreciado por Brad Stevens y que, según la prensa que sigue al equipo, cuenta con confianza desde los despachos, donde creen que puede convertirse en un jugador útil a pesar de que su altura es al mismo tiempo una obvia bendición pero también un problema (con 140 kilos de peso) en el actual ritmo de juego de una NBA con cada vez menos pívots de vieja escuela, más ritmo de juego, tiro exterior, cambios en defensa...

Fall trabaja en pretemporada para hacerse hueco entre los quince puestos de la rotación final de los Celtics, la que comience la próxima e inminente Regular Season. No es fácil, y no sólo por la citada estructura interior que ya tiene el equipo. Los golpes al plan inicial (Kyrie, Horford, Davis...) dejaron a Ainge sin ganas de hacer grandes negocios con los picks que había amasado y, después de algunas operaciones menores, los Celtics acabaron con cuatro rookies drafteados. Además de Williams (22), el escolta Romeo Langord (pick 14) y los bases Carsen Edwards (33) y Tremont Waters (51). Al menos los tres primeros tienen trazas de jugadores de rotación a corto o medio plazo, y Waters cuenta a su favor con (aunque mide 1,85) un incuestionable instinto anotador. Además, otro nombre sobresale en el verano del equipo: Javonte Green, un swingman de 1,93 pero con un físico portentoso que se ha ganado una consideración muy seria para estar en el roster final a base de trabajo, intensidad y fuerza. Mates bestiales y esfuerzo constante para un jugador que no fue drafteado en 2015, que tiene ya 26 años y que la pasada temporada estaba en el Ulm alemán (13,8 puntos y 4,7 rebotes de media entre Liga y Eurocup).

Green también tiene papeletas para quedarse en nómina y se le considera un jugador más útil para el cortísimo plazo que un Tacko Fall que tiene a su favor las posibilidades de futuro (y tres años menos), que es un especimen físico único (33 centímetros más que Green) y, que también cuenta, el cariño de público y compañeros. El pívot tiene un contrato exhibit 10, una fórmula a la que se pueden adscribir los equipos con afiliado en la G League (los Red Claws de Maine en el caso de los Celtics) y que se firman por un año, por el mínimo (unos 582.000 dólares la temporada pasada) y con un bonus de hasta 50.000 dólares si se convierte en contrato two-way (de G League y NBA, básicamente) o si el jugador pasa 60 días en el afiliado de la Liga de Desarrollo sin ser cortado ni cambiar de aires. Pero esta fórmula apenas tiene protecciones y aunque los Celtics tendrían los derechos de Fall en G League, el pívot podría firmar con otro equipo NBA, algo que no gusta nada en Boston. Así que el gran fenómeno de 2,26 tiene serias opciones de estar en el roster final de los Celtics aunque la identidad acutal de la rotación interior y el empuje de otro outsider como Javonte Green dejan abierta la puerta a una salida abrupta de los Celtics para un Fall que ante los Magic solo jugó 6 minutos en los que cogió dos rebotes y falló su único tiro a canasta. Veremos qué deciden Ainge y Stevens.