Los Warriors pasaron por su segundo test de pretemporada. El primero quedó eclipsado por el debut de Anthony Davis con los Lakers, allí cayeron derrotados aunque se habían visto buenos detalles.

El segundo encuentro previo a la fase regular de la NBA, también disputado en el nuevo Chase Center de San Francisco, tuvo a Minnesota Timberwolves como rival de los locales. El equipo de Ryan Saunders fue cediendo poco a poco ante el empuje de unos Warriors muy reivindicativos. Steve Kerr, protagonista en previa y post por la crisis china y la irrupción de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, haciéndole de menos, utilizó el challenge de entrenadores por primera vez y su equipo también puso de manifiesto que el reto al que se enfrenta esta temporada, aguantar toda sin Kevin Durant y la mitad sin Klay Thompson, es complicado pero asumible. Porque tienen plantilla para hacerlo. 

Stephen Curry sigue siendo Stephen Curry. Va a ser el sustento del equipo, ya es santo y seña pero de nuevo tiene que actuar como catalizador de todo el juego de ataque de los Warriors. Equipo a la espalda y él, reaccionando bien. En este encuentro mostró de nuevo su cara de depredador en la ofensiva: 40 puntos en 25 minutos. Y no hace falta más. 6 rebotes y 6 asistencias, además. Falló 5 tiros y perdió 5 veces en balón, pero su producción rozó la perfección una vez más.

Curry no dejó nada a unos Timberwolves donde destacó el novato Jarrett Culver, autor de 17 puntos. Otro jugador de primer año, Jordan Poole, convence en los Warriors: 36 tantos en los dos partidos disputados hasta ahora. Más nuevos: como Curry, D'Angelo Russell (16 tantos) tuvo 25 minutos de juego y ya va cogiéndole el aire al equipo; Jake Layman (Timberwolves, 17 puntos) y Glenn Robinson (Warriors, 13 puntos), los también destacados en este enfrentamiento. 

Golden State consigue su primera victoria en esta pretemporada por 143-123.