Empezó con ganas el Granca, pero de nada le sirvió. En el estreno liguero, se vio devorado por un rocoso Casademont Zaragoza, que desde que cogió la delantera en el marcador manejó el partido a su antojo ya desde el primer cuarto. Nada que objetar a su asalto al Gran Canaria Arena.

Fue un espejismo el sugerente comienzo del Herbalife Gran Canaria. Ocurre que los muchachos de Katsikaris, tras el segundo triple de Rabaseda, se pusieron pronto con un 11-3 a su favor. Aguantaban como buenamente podían los de Porfirio Fisac, quien con 13-7 en el marcador se vio obligado a pedir el primer tiempo muerto del partido. Dos tiros libres de Harper estiraron dos puntos más la ventaja grancanaria, y fue entonces cuando Brussino y Seeley, dos ex del Herbalife, sacaron a los suyos de la cueva. Fiando su torrente ofensivo al alero argentino y al polivalente escolta norteamericano, el Casademont Zaragoza, con un parcial de 0-10, tomó la delantera en el marcador, 15-17, recortando Burjanadze un punto antes del final del primer cuarto. No la soltó nunca más.

Empanado como estaba, iba el Herbalife perdiendo fuelle paulatinamente. La primera canasta de uno de sus flamantes fichajes, Stan Okoye, se hizo esperar (18-23), mas un delicioso movimiento del gigante Hlinason puso rápidamente a los suyos 10 puntos arriba, 18-28. la máxima ventaja del partido hasta entonces. Perdido en mil y una imprecisiones, desesperados cada vez más sus jugadores en ataque, ni que hicieran la guerra por su cuenta cada uno, el Granca apenas sobrevivía entonces por el empuje del propio Okoye, que con 4 puntos seguidos mantenía a los suyos en vereda (22-28).

Parecía que reaccionaban los locales, que tras una bandeja de Harper se pusieron 26-28 y obligaron a Fisac a parar el partido tras un parcial de 8-0 en contra. Se enfureció entonces Brussino, que lideró a los suyos, mate y triple incluidos, hasta un esclarecedor 28-35. Pese al dominio maño, el marcador al descanso, 33-39, lo dejaba todo pendiente para el segundo tiempo.

Apenas algún chispazo amarillo permitía que el Casademont Zaragoza se inquietara. Rabaseda enchufó su tercer triple y una estupenda combinación entre Cook y Costello terminó con el pívot estadounidense reventando el aro visitante para el 38-41. De nada sirvió este tímido acercamiento grancanario ante un equipo que dominaba el partido a su antojo. Marcando el ritmo, jugando a su bola, acaso muy superior, con respuestas para todo. Un triple de Benzing obligó que trajo consigo el 43-50 mandaron a Katsikaris a parar el partido cuando aún quedaban 3:38 para el final del tercer cuarto.

"Es el momento del partido", le rugía a sus pupilos al entrenador heleno. Si lo era, en cualquier caso lo fue para la formación visitante. Cierto es que Bourousis inauguró su cuenta de puntos como jugador del Gran Canaria para de paso desatascar a los suyos, 46-50. De mentalidad dura, imposible de horadar su coraza de piedra, los de Fisac se marcharon sin apenas oposición local, y un triple de Benzing en el epílogo del tercer cuarto anunciaba tormenta en la colina de Siete Palmas: 46-59.

Y es que el sólido Casademont Zaragoza, de momento mejor trabajado que el Gran Canaria, respondía con solidez a cada acometida rival. Si Harper, gran estreno el suyo en la ACB (30 puntos), encestaba su cuarto triple para alimentar la esperanza local, 53-61, el imberbe Alocén contestaba desde idéntica distancia. Cualquier conato de reacción local era súbitamente contrarrestado hasta que un triple de San Miguel, 63-73, evaporaba cualquier posibilidad de victoria local, imposible después tras los aciertos de Benzing desde el tiro libre.