El lavado de cara que han sufrido los Lakers de un curso para otro ha sido más que considerable. Kentavious Caldwell-Pope, Alex Caruso, Javale McGee y Rajon Rondo son los únicos que han renovado contrato con el bloque californiano. Por otro lado, y sin tener en cuenta a LeBron James, está Kyle Kuzma, el único joven talento que se ha salvado de la quema en la compleja operación que trajo a Anthony Davis a Los Ángeles.

Los que no tuvieron tanta suerte en ese intercambio fueron Brandon Ingram, Josh Hart y Lonzo Ball. Precisamente este último desató la locura hace dos años en los Lakers cuando fue elegido en segunda posición en el draft, apuntando a ser capital en el futuro de la franquicia. En ese mismo sorteo, sin hacer tanto ruido, apareció Kuzma. Llegó a la franquicia de Hollywood siendo la 27ª elección vía Nets y llegó, por ahora, para quedarse.

El rendimiento del alero ha sido más que notable a pesar de los altibajos que ha sufrido el bloque. Los focos que acaparan un equipo tan histórico y la presión que eso conlleva no está hecha para todo el mundo. Kuzma, sin embargo, no se ve dentro de ese grupo. "No todo el mundo esta hecho para ser un 'laker'. Es más duro que en cualquier otro equipo debido al escrutinio, pero en mi caso, creo que he estado preparado para ello desde el día que llegué aquí, poniéndome el casco y yendo a trabajar", afirmó el jugador en una entrevista.

A partir de ahora estará rodeado de jugadores más experimentados, como Danny Green, DeMarcus Cousins o Avery Bradley; y de una segunda estrella, Anthony Davis, que seguramente le ayuden a demostrar todo su potencial.