Tras el éxito deportivo, empieza a llegar el institucional. El Bilbao Basket ha llegado a un acuerdo con los acreedores, como parte de proceso concursal abierto en junio del año pasado, para llevar a cabo un quita del 80% y reordenar su deuda. El administrador ha movilizado las adhesiones necesarias, por encima del 65%, con decenas de proveedores, exjugadores, exentrenadores, antiguos empleados (aunque la mayoría de estos han cobrado a través del Fogasa, al que ahora deberá rendir cuentas la entidad), agencias de viajes, hosteleros, etc. Se contabilizaba medio centenar con aproximadamente un millón pendiente.

El club ha lanzado un comunicado en el que constata que el concurso se cerrará en breve, antes del día 24. Todo ello conducirá a formalizar sin más quebraderos de cabeza, la inscripción en la ACB el 15 de julio enviando toda la documentación pertinente. El ingreso se pide antes del 30 de junio. Para ello hay superar una auditoría. Este año las finanzas has estado controladas en todo momento y la plantilla ha cobrado al día, algo casi de cuento de hadas en Miribilla. La deuda total, de 6,5 millones, se ha rebajado solo levemente. El director general, Javier Barcala, resoplaba aliviado: "Estamos muy satisfechos con el resultado del concurso, ha sido una fase traumática dentro de la vida de nuestra entidad, pero como ya anticipamos en la junta de accionistas en el mes de diciembre, estaba previsto resolverlo satisfactoriamente.  Es el momento de agradecer a nuestros acreedores el gran esfuerzo que han realizado, y el ambiente de colaboración en el que hemos venido trabajando en los últimos meses.Es una gran noticia para el futuro de nuestro club, que sumada al excepcional resultado deportivo que supone lograr una plaza de ascenso,  nos hace mirar al futuro con mucho optimismo". El club devaluó las acciones existentes en febrero, de 30 euros por título a 11,5. De esta forma, se rebajó el capital social de 1.246.863€ hasta la cifra de 775.077,00 (con 390.000 euros podría hacerse alguien con el control de la nave si adquiere ese paquete. la idea ahora sería ir a una ampliación. El consejo, en el que permanece Mauraza como presidente pese a su intención de salir porque no puede formalizar la marcha mientras no se cierre el concurso, debe decidir si sigue adelante o lo deja después de este trabajo; deja el club en la élite y con la losa que tenía reordenada, ya que no ha logrado rebajar el pasivo que heredó hace cinco años.

El caballo de batalla a partir de ahora será con los acreedores privilegiados, que son la Hacienda Foral, Caja Rural, la Seguridad Social y el Fogasa. Ya hay convenios con todos ellos y falta por firmar el de la Diputación, pero las reuniones de estos días van a dar sus frutos. Con Hacienda no hay rebaja posible, pero conviene hacer una salvedad: de los 3,5 millones pendientes, se ha desligado 1,1 para deuda ordinaria (con lo que se aplica también la quita del 80%) y 2,4 para privilegiada. Esta se irá abonando en 15 años, a razón de cerca de 250.000 por campaña. A Caja Rural se le solicitó 1M€ en concepto de préstamo para subsistir, con cargo a subvenciones futuras del Ayuntamiento, y aunque no se pagará íntegro, aún resta por devolver casi medio millón. 

El Bilbao Basket cobró el año pasado todo el Fondo de Participación en ACB de golpe (inicialmente estaba aprobado que se otorgaba en cuatro plazos anuales). De ahí se restaron 400.000 euros reclamados al Fondo de Garantía Salarial por impagos de la plantilla de la campaña del descenso. Ahora se irán abonando esos 1,2 restantes año a año por el reparto de las cuotas de participación en la máxima categoría (básicamente el dinero otorgado por la televisión). 

Mientras el trabajo en los despachos no cesa, el equipo tiene ir tomando forma. Salgado sigue madurando si cuelga las botas, y Lammers continuará dos años más en la plantilla. Cruz tiene contrato y Schreiner, Matulionis y Edu Martínez, una opción para seguir. Mumbrú se estrenará como técnico en la Liga Endesa. Vasileiadis es un jugador muy apetecible en Miribilla, pero aún se tiene que marcar la línea presupuestaria que tendrá la dirección deportiva, en torno a 800.000 euros netos para plantilla.