Los Houston Rockets han perdido dos grandes oportunidades de acabar con la tiranía de Golden State Warriors en los últimos tiempos. En los pasados playoffs, el equipo texano se dejó remontar una eliminatoria que tenía casi hecha; y en estos, sin Kevin Durant sobre la pista por lesión durante casi seis cuartos seguidos, volvió a hincar la rodilla ante el poder de la Bahía.

Unos fallos imperdonables para cualquier equipo que desea ganar un anillo y que empañan en cierta medida la presencia colosal que han tenido estos Rockets durante las tres campañas disputadas bajo las órdenes de Mike D'Antoni. Con él a los mandos, Houston suma un total de 173 victorias de 246 posible (70,3%) y en la temporada 2017-18 superaron por primera vez la barrera de los 60 triunfos de su historia con 65. 

Un rendimiento que ha llevado a la franquicia a negociar la renovación de un entrenador que cambió el ritmo y estilo de juego de los texanos. Defensas agresivas que se unían a una tendencia absoluta hacia el lanzamiento desde el perímetro (líder en fase regular en aciertos -más de 1.000- e intentos de tiro de tres -más de 3.000- en este trienio) con libertad absoluta hacia sus estrellas, James Harden y Chris Paul. El mejor técnico de la NBA en 2017, de 68 años, finaliza su relación contractual en el verano de 2020 y no desea entrar en su último curso sin una ampliación. 

"Puedo seguir tres años más"

"Les he dicho al Daryl Morey (mánager general) y a Tilman Fertitta (dueño de la franquicia) que estoy enérgico para seguir entrenando. Creo que puedo seguir haciendo esto a un alto nivel por lo menos otros tres años", dijo D'Antoni a la ESPN.

"Me gusta Mike, Creo que es un muy buen entrenador y a los jugadores les gusta jugar para él", comentó a su vez Fertitta. "Me siguen diciendo que los agentes libres quieren saber quién es el dueño y quién el entrenador (para firmar). Mike y yo lo hacemos bien juntos. Con suerte, continuaremos ganando y él estará aquí por mucho tiempo".