NBA | BLAZERS 99 - WARRIORS 110 (0-3)

Los Warriors ya rozan otra final: Green se exhibió en Portland

Un partidazo del ala-pívot de los Warriors castiga a los Blazers, a los que se les nubló de nuevo la vista, y acerca a los Warriors a otra final.

0

La serie entre los Warriors y los Blazers no está dejando a los segundos en el lugar que merecen por el juego desplegado. Si el segundo partido fue un gran ejemplo, el tercero volvió a reproducir la misma sensación: los de Oakland aprietan las tuercas y son mejores pese a no contar con Cousins y Durant. En el primer encuentro en el Moda Center, pabellón que no veía unas finales de conferencia desde 2000, a los campeones les tocó remontar otra vez y sumaron otro punto. Terry Stotts y sus chicos ya no saben qué más hacer.

Kerr volvió a mezclar cual líquido en coctelera a sus jugadores. Apostó por Jones como titular, pero duró poco. Bogut, tampoco mucho. No le gustó al técnico cómo sus pívots trataron a los rivales. Buena parte del estirón que hizo temer que los locales ganaran fue gracias al trío formado por Kanter, Collins y Leonard, campando a sus anchas en las primera parte. Iguodala tuvo menos influencia porque se lesionó y McKinnie cobró protagonismo. El entrenador mostró de nuevo que no es una casualidad que su equipo y él estén en la posición en la que están.

Un 15-5 abría el partido en Oregón. El público sabía que se tenía que meter en el partido. Portland es una cancha con buena presión ambiental, que se lo digan a los Lakers... Stephen Curry estuvo un poco acelerado de más en el principio y el equipo de su hermano Seth cogía ventaja. Thompson ponía la pausa al partido, que no se les iba a ir ahí: sería en el segundo periodo.

Entraron con muy mal pie los suplentes en esos minutos de la segunda manga y Kerr tuvo que reajustar, lo ya dicho. El destrozo de los Trail Blazers era importante, poniendo ritmo a las transiciones y ejecutando combinaciones de calidad. Kanter y Collins hacían polvo a Golden State y la diferencia subía a 18 (60-42, minuto 21). Leonard les cogería el relevo para llegar al descanso con una distancia parecida, de trece.

Diez minutos duró la historia. De la salida de los vestuarios tras el descanso al 76-77. Los Warriors se vestían otra vez con las capas de héroes para forzar un gran parcial y remontar. Y el tercer cuarto, dejando su marca personal: Curry ya enchufaba los 3+1, Bell fallaba mates y luego lo arreglaba, aparecía McKinnie como elemento sorprendente y Green recorría la pista como un base para desequilibrar a la defensa local.

23/50 en tiros de dos. A los Blazers les entraron temblores cuando se tuvieron que medir a un Draymond Green (20 puntos, 13 rebotes y 12 asistencias) que se hizo enorme. Lillard y McCollum estuvieron fallones, más uno que otro, y Steph Curry enmendó su mal inicio con un final cercano a lo apoteósico para cerrar el partido como máximo anotador (36 puntos). 11-31 fue el parcial que rompió las esperanzas de Portland, que tiene la presión de ganarlo todo si quiere seguir con el sueño.