NBA | ROCKETS 126 - WARRIORS 121 (1-2)

Houston recurre a la prórroga y a Harden para ganar a los Warriors

Los Rockets vencieron a unos Warriors a lo que sacaron de punto. Harden (41) y Durant (46) brillaron. Los texanos recuperan sensaciones.

0

Magnífico partido, pensarán los Rockets. Pésimo partido, pensarán los Warriors. Y eso que todo se decidió en un tiempo extra el día después de habernos tragado cuatro en un sólo partido. La sensación final es la que queda, pero en el primer duelo disputado en el Toyota Center entre estos dos vivimos algo de lo que ocurrió en el primer encuentro y de lo que ocurrió en la mayoría de los del año pasado: el choque entre dos equipazos con recursos múltiples que hacen que una contienda como ésta pase de blanco a negro en un pispás.

Los Warriors entraron con la idea de finiquitarlo pronto. Buenas acciones combinativas daban paso a que Durant castigara en el poste alto, lo cual ocurrió. Eric Gordon estaba viendo imposible la defensa y entonces pasó al ataque. Del 15-22 se pasó al 38-27, un 23-5 que le quemaba en las manos a Steve Kerr. Y lo peor no era que entraran en combustión hombres como el mencionado Gordon o los banquilleros Rivers y Shumpert, era que se calentara el público; con una acción en la que Green tocó la cara de Harden -otra vez- se levantaron mínimamente, con el taponazo que le puso Capela a Iguodala ya no se sentaron más. Era extraño ver en esos mismos minutos a Clint Capela mostrarse en ataque y a Draymond Green, brillante en esta eliminatoria, siendo la salvaguarda de su equipo... en ataque también, la faceta en la que suele desaparecer más. Sólo un despiste en defensa que acabó, en esta ocasión sí, en mate de Andre Iguodala evitó que los Rockets se fueran al descanso por encima de los diez de ventaja.

Se avecinaba tormenta aunque los visitantes no estaban ni mucho menos en el mejor partido. A ello se unía que James Harden, más apartado en la primera mitad, empezaba a ir hacia el aro y no precisamente con desatino. Los triples llovieron: 8/13 en ese tercer cuarto para los locales, era lo que hacía que los Rockets mantuvieran a raya a su rival, pero los puntos de Durant y un lanzamiento de Green a cinco segundos de la conclusión cuando parecía que su equipo la perdía hizo más daño de lo que se atisbaba de primeras. Eran dolorosas en el corazón de los texanos esas acciones aisladas a las que Steve Kerr luego se refirió asegurando que no merecieron ganar este partido. No mereciéndolo estuvieron a punto... Forzaron una prórroga, que dice bastante de su calidad como equipo hasta en un día en el que no están tan brillantes. Klay Thompson revivió y salió del letargo para enlazar un triple, un mate, un robo y un rebote para poner en ventaja a los suyos. Un triple de Iguodala y unos tiros libres de Harden pusieron el 112-112 con el que se acabó el tiempo reglamentario, amén de una defensa sublime de Thompson sobre Paul en la última posesión.

Kerr, precisamente, no supo involucrar bien a su segunda unidad (21 a 7 el tanteo entre suplentes de ambos equipos) y los suyos llegaron abrasados a la prórroga. Durant lo intentó e Iguodala acertó, pero siete puntos de Harden mandaron el 2-1 al casillero y una acción de Curry, fallando una bandeja solo cuando podía poner a los suyos a tres, dejó a éste con la peor sensación de todas: el regodeo de tu rival.

Harden y su ojo rojizo sabían de la importancia de este partido. 41 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias y ni siquiera dio el 100%. Houston se mete de lleno en la pelea de estas semifinales del Oeste cuando ya muchos la daban por muerta.