Los Thunder se vuelven a Oklahoma con un 2-0 en el marcador y unas sensaciones horribles. En el primer partido era Paul George, con su hombro tocado, quien centró el debate después de completar un partido horrible en el tiro. Pero anoche al alero se le vio mucho más cómodo (27 puntos, 11/20 en tiros), mientras que Westbrook completó un encuentro muy flojo. El propio jugador es consciente de ello y así lo explicaba después.

"Empezando por mí, tengo que jugar mejor. Asumo toda la responsabilidad de lo que ha pasado esta noche. La forma en la que he jugado es inaceptable. Lo voy a hacer mejor, no estoy preocupado por ello. Mi trabajo es salir ahí fuera, liderar a los chicos y asegurarme de que tenemos opciones de ganar los partidos". Aunque se quedó a un rebote del triple-doble (14+9+11), se le vio muy incómodo con la defensa que le hizo Damian Lillard y sólo metió un 25% de los lanzamientos que intentó.

Este mensaje parece más meditado que el que lanzó el año pasado tras el tercer partido de primera ronda ante los Jazz, en el que Ricky Rubio metió 26 puntos sobre su defensa. "Voy a acabar con esta mierda en el siguiente partido, puedes estar seguro", comentó entonces sobre la actuación del español. En el siguiente duelo lo que hizo fue salir extramotivado, más acelerado de lo recomendable y en la primera parte ya había cometido cuatro faltas.

Habrá que ver cómo reacciona en la madrugada del viernes al sábado, cuando los Blazers visiten por primera vez en la serie Oklahoma. De momento parece más calmado que hace un año: "Han ganado sus dos partidos en casa. Obviamente queríamos robarle uno si podíamos, pero tenemos que seguir adelante. Somos un gran equipo de baloncesto, tenemos una gran cantidad de jugadores en los que creo y confío para que se jueguen los tiros y hagan buenas jugadas en los dos lados de la cancha. Vamos a estar bien".