Ni al Madrid ni al Obradoiro les iba la vida en la batalla. A unos el liderato se les ha puesto inalcanzable y los otros navegan en aguas tranquilas, ni arriba ni abajo. Pero los precedentes avisaban de un duelo al sol desde el triple y no defraudaron. Lo ganaron los blancos por porcentaje (14 de 32, 44%) y se centran ahora en exclusiva durante dos semanas en el playoff de la Euroliga, al que llegan sin Llull pero con un último baño de buenas sensaciones. Vimos a Campazzo otra vez fino, como ante el Granca, ya a la espera de Calathes; a Tavares en forma; y a Rudy preparado. Igual que Causeur, Ayón, Reyes y compañía. Semana Santa de pasión en el WiZink Center este miércoles y viernes frente al Panathinaikos. El no va a más europeo.

Tras el salto inicial se abrió la veda, tiro al plato, cada uno quería aportar su granito de arena en el desafío de la ACB por batir su récord desde la larga distancia: a ritmo de superar los 5.700 triples este curso. Más que nunca en una temporada.

La línea de 6,75 ayuda a veces a socializar el baloncesto. Lo vimos en la primera parte: el Real dominaba en muchas facetas, aunque no en el triple, y el Obra daba el estirón, se hacía notar en la lucha de clases. En el cruce con el minuto 8 se escapaba por 7 (13-20). En ese momento, por cada intento dentro del arco había dos y medio de tres, ocho triples y solo dos canastas anotadas. El único pero para los de Moncho Fernández era que acumulaban faltas por encima de sus posibilidades, y eso les pasaría una cara factura en la segunda parte. Al descanso, 18 dianas de tres, seguían a la liebre que marcaba el camino al récord, las 36 en un partido que lograron entre los dos equipos en Santiago en diciembre de 2017.

Pese a lo fluido del ataque gallego, un cañonazo de Rudy mandaba al Madrid al vestuario por delante: 45-43. El poderoso sacaba músculo y el Obradoiro despertaría del sueño en una reanudación a la que se le dio la bienvenida con dos triples encadenados. Uno de Thompkins y otro de un Benjamin Simons que sumaba el cuarto acierto en 12 minutos (20 en los tres encuentros anteriores) y casi a la vez su cuarta personal. Al banco y ahí se resquebrajarían los visitantes, pese a que Singler se gustaba ante su exequipo.

Los de Laso apretaron en defensa y avasallaron en el rebote, hicieron jirones al Monbus con un parcial final de 49-24.Tavares marcaba territorio, Rudy lucía manita (4 de 6) y Campazzo se venía muy arriba: 15 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias para 27 de valoración y +25 con él en pista en 25:12. La jugada de la mañana fue suya tras romper por la zona y asistir por la espalda a Tavares. También se creció desde la larga distancia: 3 de 6 después de una pésima racha en el último mes y pico. Además, Randolph y Taylor descansaron, el canterano Pantzar saltó a la cancha y Prepelic no aportó novedades esperanzadoras a su situación. Todo se cerró, cómo no, con un triple (de Yusta), el número 30 de la mañana, a seis del récord.