Russell Westbrook ha vuelto a ponerse a la altura de los más grandes de la NBA gracias a un triple-doble. El base de los Thunder logró completar lo que en Estados Unidos califican de doble triple-doble, es decir, superar la veintena en tres categorías estadísticas. En su caso, 20 puntos, 20 rebotes y 21 asistencias ante los Lakers. Esto supone que se coloque como uno de los dos únicos jugadores que han conseguido un partido de este tipo a lo largo de toda la historia de la NBA: el otro es Wilt Chamberlain, que lo logró en 1968. 

Westbrook consiguió amasar números al inicio gracias a su conexión, sobre todo por arriba, con Steven Adams y a que éste último se esmeraba más en tomar posición en ataque tras los tiros del rival en vez de ir a por el rebote. Después de un inicio muy errático de los Lakers, con varias pérdidas que permitieron a los locales hacerse con una ventaja ya importante, los angelinos igualaron la contienda tras la salida a pista de Reggie Bullock y Mike Muscala.

En el comienzo de la segunda parte la comidilla era ver cuántos pases de canasta daría Westbrook al final del partido porque en esos momentos superaba la proyección del récord de la NBA, en posesión de Scott Skiles con 30. Grant y Ferguson aprovechaban que pasaban por su lado para sumar los puntos de esas asistencias. Los Lakers iban a tirones pero aguantaban gracias a que sus lanzamientos eran atinados, aunque cuando el tercer cuarto ya expiraba se dieron cuenta de que Oklahoma tenía el partido mucho más de cara. Lo quisieron pelear hasta el final y a falta de cinco minutos se pusieron a cinco puntos (101-96, minuto 43) tras el esfuerzo de Caruso, Caldwell-Pope y Williams, pero Westbrook supo ver mejor a sus compañeros que sus opciones de tiro y acertó en la toma de decisiones para que su equipo aguantara y ganara.

Cierto es que, de nuevo, el encuentro de Westbrook es mirado con lupa por sus porcentajes (8/23, 34% en lanzamientos en juego), pero es innegable que fue el dueño del partido y que su hazaña no merece otro apunte que el de la alabanza.

Esta victoria permite, récords aparte, que los Thunder tomen aire. Llevaban tres derrotas en cuatro encuentros y ésta es sólo la tercera victoria en los últimos diez compromisos. Para OKC será importante luchar por ser séptimo para evitar el previsible cruce con los Warriors en la primera ronda de los playoffs.