NUGGETS 100-MAVERICKS 99

Jokic frustra sobre la bocina el esfuerzo titánico de Doncic

Cansado y sin puntería, Doncic tiró de los Mavs y pudo ganar el partido con un mate tremendo. Los Mavs, doce derrotas ya en trece partidos.

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En sus dos últimos partidos, Luka Doncic ha firmado un 15/41 en tiros con un 2/15 en triples y un 4/16 en tiros libres. Está jugando con molestias en una rodilla y está jugando cansado: su equipo acumula ya 68 partidos (21-47) y le sobrevuela el rookie wall, ese momento en el que a muchos novatos se les acaban las piernas, todavía sin habituar al machaque que suponen una regular season, la sucesión inacabable de viajes y partidos en la que, además, a veces, a los equipos (siempre desde los despachos, no en la pista) les conviene perder. En algún momento un aspirante a colarse en los playoffs (con un quinteto del que solo queda Doncic), los Mavericks son ahora el segundo peor equipo del Oeste y el sexto peor de la NBA. Han perdido siete partidos seguidos, doce de los últimos trece y trece de los últimos quince. Ya se sabe: si su elección de primera ronda es top 5, se la quedan. Del seis en adelante, se irá a los Hawks, el regalo (puede ser suculento) con el que endulzaron el intercambio Luka Doncic (promedia 20,9 puntos, 7,4 rebotes y 5,6 asistencias)-Trae Young (18,3+3,5+7,8).

En Denver, los Mavericks jugaban contra el segundo mejor equipo del Oeste (ahora 45-22, otra vez a un triunfo de los Warriors), contra la altitud del Mile High, al pie de las Rocosas, que avala el factor cancha de los Nuggets y contra las tormentas de nieve que cerraron el aeropuerto de Denver y convirtieron un viaje teóricamente cómodo en una odisea. Y con todo, y en parte porque los Nuggets empiezan a parecer un equipo corto de gasolina (llegaban tras cuatro derrotas en seis partidos), a pesar del tanking que prefiere Cuban y saltándose la dinámica terrible que se está llevando al equipo por delante, los Mavs tuvieron la victoria en su mano ante un rival irreconocible en ataque: +6 al descanso, ventajas de diez puntos en el tercer cuarto y 79-91 en el arranque del último. Pero es que los Nuggets se llevaron ese parcial definitivo con un pírrico 21-10. Asfixiaron a unos Mavs que sumaron en ese tramo cuatro canastas en juego... las cuatro de Doncic. Lo otro fueron dos tiros libres de Powell. Que anotaron seis puntos en los últimos 8:13 y que encajaron para colmo una canasta sobre la bocina, un ganchito por encima de Powell, de Nikola Jokic, para llevarse de Denver una derrota dolorosa (100-99) que Doncic recibió con gesto desencajado, en el banquillo en la última defensa (al lado d Porzingis) y con el rostro de quien, desde luego, no llegaba a la NBA acostumbrado a perder tanto.

Por eso y porque, sin acierto en el tiro (1/8 en triples), Doncic se había dejado el alma para que los Mavs no perdieran. Acabó con 24 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias, que pudieron ser más si sus compañeros no hubieran enviado al limbo tantos de sus pases doblados desde la zona. Cargó con el equipo, entre errores, y sin confianza en el triple se buscó la vida como pudo: anotó un canastón bailando en la pintura para el 95-97 y firmó un mate tremendo a falta de seis segundos para el 98-99. Era opción de 2+1 por falta de Millsap, pero falló el tiro libre y dejó el marcador en en el peligroso columpio impar al que dio el último empujón un Jokic que pareció cansando pero que anotó 9 de sus 11 puntos (11+14+8) en el último cuarto. Incluida la canasta del triunfo que le robó la foto del partido al rabioso mate de Doncic, que terminó fundido y absolutamente frustrado. Todo esto también es la NBA.

Ahora los Mavs jugarán en su casa contra los Cavaliers, la ocasión perfecta para quitarse de encima el mal cuerpo... o caer definitivamente en depresión. Los Nuggets no son ahora mismo el equipo de la primera mitad de temporada y en el próximo mes sabremos si se trata de un simple valle de cara a los playoffs o si se van a presentar en las eliminatorias muy justos de combustible. Sí: así son las temporadas NBA...